Una canción de Queen, un presentador inglés con muy mala uva o una diva del colorín pasada de moda convertida en musa. Si la independencia de Cataluña es cosa seria, la campaña para las elecciones autonómicas del 27-S ha demostrado que el humor puede romper cualquier barrera, aunque al señalado no siempre le haga gracia ser el protagonista del show.
El púgil
Ni la risa floja que le entró en algunos momentos alcanzó para salvarle. Sin aprender la lección, y aún con el argumentario dolorido, perdió los papeles ante Pepa Bueno (Ser), a la que solo pudo acusar de no entender la situación.
El artista
Miguel Iceta (PSC) es, en cambio, un hombre feliz. ¿Que nadie escucha tu mensaje? Pues te marcas unos bailes al ritmo del 'Don't stop me now' y ya tienes la atención de los medios. ¿Desde cuándo es una mala idea desatarse como un adolescente aunque tengas al jefe, Pedro Sánchez, delante? | LISTA: Los mejores bailes de políticos en público.
El indio
Si se trata de hacer el indio, Artur Mas se lleva la palma. El president tiró de su mejor seny para mandar a Madrid a merendar embutido. Y demostró que sabe idiomas. Arapahoe, en concreto: "Grandes jefes venir reserva catalana decir indígenas que conviene votar. Indígenas decir jefes Madrid gran corte de manga, gran botifarra y victoria de Junts Pel Sí".
El latin lover
Ahora, que cuando hay que sacar los pies del tiesto, ahí está Pablo Iglesias. Adular a ídolos de tu infancia no tiene nada de malo. Ahora, decirle a Julia Otero (Onda Cero) en directo que te pone y jugar al látigo y al ratón (cuero de por medio) con Susana Griso (Antena 3), ya pasa de castaño oscuro, hablando de gustos sexuales y reconociéndose "abierto" a probar nuevas...ideas.
El despistado
Para salir airoso de estos lances hay que tener mano izquierda, además de coleta. Mariano Rajoy, que es como un diestro cerrado jugando a banda cambiada, no la conoce. Quizá por eso (y porque no había estudiado, qué demonios) se quedó con esta cara cuando Carlos Alsina le explicó que los catalanes no perderían la nacionalidad española ni la ciudadanía europea se independizasen.
Bravo por el locutor, que se apiadó del presidente del Gobierno y prefirió apretar la mandíbula para no despeñarse de la silla mientras Rajoy se embolicaba.
El catalán
Quizá para enmendarlo, el PP ha decidido lanzarse a hablar catalán. Pero no en la intimidad, como confesaba José María Aznar, sino en público. Porque no hay mayor declaración de amor que la que se hace en la lengua propia, qué mejor que decirle a los catalanes en su idioma que se queden en España. ¡Si es que hasta el salmorejo pega con los calçots! Lo del acentazo de Valladolid, ya es otra historia.
Las banderas
Y como no hay campaña electoral sin pelea, nuestros políticos montaron su propio 'pressing catch' en el balcón del Ayuntamiento de Barcelona por un quítame allá esas banderas. En un lado del ring, Alberto Fernández y Ángeles Esteller (PP); en el otro, Alfred Bosch (ERC) y Gerardo Pisarello (Barcelona en Comú). Suerte que ninguno calló al vacío, que lo de tirar borregos desde el campanario ha pasado de moda.
La musa
"Solo tengo una bandera digna de sacrificio y es la sabana que cubre el cuerpo de mi mujer", cantaba Carlos Goñi con Revólver. Es difícil saber si unionistas, 'indepes' u observadores neutrales han entendido el mensaje en esta campaña. Por si acaso, Karmele Marchante ha hecho su propia interpretación. Y olé.
Karmele Marchante (@KarMarchante) posa solo con la estelada para 'Interviú' http://t.co/BpInGOPFaO pic.twitter.com/8g08VNjQWO
— El Periódico (@elperiodico) septiembre 19, 2015
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