La niña que sufre aversión paterna ya está con sus abuelos

  • La madre apuró el plazo dado por la juez.
  • El lugar elegido ha sido un convento, para evitar a las cámaras.
  • La Fiscalía ha impugnado la sentencia ante la Audiencia de Barcelona.

La madre de la niña de ocho años de Manresa (Barcelona) con fobia a su padre la entregó este miércoles a los abuelos paternos, con quienes debe vivir el próximo mes mientras retoma la relación con su padre, apurando el plazo que le dio la juez de Primera Instancia número 4 de Manresa, que finalizaba a las 20 horas, según informaron a Europa Press fuentes judiciales.

Un convento de monjas de la localidad de Manresa ha sido el escenario en el que la madre de la pequeña Judit la ha entregado a los abuelos paternos.

Según fuentes de la comunidad religiosa la decisión de entregar a la niña en un convento tenía por objetivo buscar un lugar neutral y alejado de los objetivos y las cámaras de los medios de comunicación que durante todo el día de ayer cercaron el juzgado de Manresa, donde se tenía que haber efectuado la entrega.

La custodia para el padre

La magistrada acordó este lunes ejecutar la sentencia de divorcio que otorga la custodia al padre para que la menor supere la aversión que siente hacia él, y advirtió a la madre de que si no cumplía con su obligación ordenaría a los Mossos d´Esquadra la entrega forzosa de la menor y se abriría un proceso penal contra ella por un presunto delito de desobediencia grave a la autoridad judicial.

La juez de Primera Instancia número 4 de Manresa acordó ejecutar provisionalmente la sentencia de divorcio una semana después de que el padre de la pequeña, Jesús D.R., lo solicitara y en base al "interés superior" de la menor, "que para esta juzgadora ha de estar por encima de cualquier otro en el presente pleito".

"Roza el maltrato infantil"

La juez argumentó su decisión recurriendo a los dictámenes de los cinco peritos médicos que intervinieron en el proceso de divorcio de los padres de la menor, quienes "afirman la existencia de una relación absolutamente deteriorada de la niña con el padre".

Según su auto, además, "las tres periciales médicas valoradas en la sentencia por su rigor científico como más adecuadas para intentar poner fin a ese deterioro" constatan que la niña vive una situación "que roza el maltrato infantil y la deja en consecuencia en situación de desamparo".

La sentencia no es firme

La juez de Manresa, sin embargo, señaló que la sentencia todavía no es firme, ya que la fiscal la ha impugnado ante la Audiencia de Barcelona. En su recurso, además de solicitar que la niña siga con su madre, pide que ambos progenitores y su hija se sometan a terapia y que, mientras tanto, el padre la visite sólo los sábados en un Punto de Encuentro Familiar sin que la madre esté presente.

La Fiscalía argumenta que la juez no ha tenido en cuenta el resultado de la prueba pericial "objetiva" e "imparcial" que el Servicio de Asesoramiento Técnico en el Ambito de la Familia (SATAF) de la Generalitat aportó al proceso de divorcio, que fue ratificado durante la celebración de la vista oral y concluye que el cambio de la guarda y custodia a favor del padre "no era viable por el desconocimiento entre ambos, no siendo beneficioso para la menor".

En base a este dictamen, la Fiscalía pide que se revoque la sentencia y se atribuya la custodia a Adriana L.A., acordándose una pensión alimenticia de 360 euros mensuales a cargo del padre.

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