Los encargados de gestionar este problema –la Subdelegación del Gobierno y la Jefatura de Policía Nacional–, así como los propios funcionarios, reconocen que nada está marchando como debiera. Las impresoras se estropean cada dos por tres, el personal no es suficiente y las actuales instalaciones están desbordadas.
Sin embargo, a pesar de que Vigo registra una demanda «brutal», según la propia Jefatura, es la única urbe que no reforzará el servicio por la tarde «por falta de funcionarios», mientras que las Comisarías de Pontevedra y A Coruña ya decidieron ampliar su horario ayer.
Aseguran que en Vigo ya está trabajando «el 100% de los funcionarios» una hora más de la que les corresponde y que, mientras desde Madrid no lleguen inversiones, todo seguirá igual.
Esperar hasta para quejarse
Son las 7.45 horas. Más de 170 personas esperan en la calle de la comisaría de López Mora. Muchos aguardan sin saber muy bien por qué: sólo admitirán a los primeros 80. Los demás volverán mañana. Y así un día, dos y hasta tres consecutivos. «La gente cada vez viene a hacer cola antes», comentan algunos que, repitiendo experiencia, aún no han perdido el humor. A otros ya no les queda paciencia, quieren reclamar, pero en comisaría no hay hojas de reclamaciones y, para quejarse, también hay que esperar.
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