Quienes inflan estas cifras son las jóvenes. Para muestra, un botón: actualmente hay más chicas que chicos bebedores antes de los 14 años. Eso sí; en términos absolutos, los varones son más bebedores que las mujeres. El 21,2% de hombres son bebedores excesivos o de riesgo los fines de semana. Aún lejos de la citada cifra femenina del 8,2%.

La delegación de Alcohólicos Anónimos de Vizcaya ya ha notado esta tendencia. «En las reuniones cada vez tenemos más mujeres», aprecia Luis, miembro de la asociación. Eso sí, por el carácter anónimo del colectivo, no registran el número de hombres y mujeres en terapia.

Luis dice que si el Gobierno vasco detecta que hay más bebedoras será verdad, «pero mi opinión es que si cada vez hay más mujeres en Alcohólicos Anónimos es porque el tabú de mujer bebedora se está rompiendo».

Antes, la mujer bebía a escondidas, en casa, y su problema era secreto. Ahora, las mujeres que rompen los prejuicios sociales van a terapia grupal y dicen: «Hola, mi nombre es tal y tengo un problema con la bebida», van in crescendo. Así lo detectan desde esta asociación.

La mayoría de mujeres participantes en la terapia grupal de Alcohólicos Anónimos tienen unos 40 años, según informa Luis. Claro que también las hay mayores de 60 «e incluso chavalas de poco más de 20 años», explica.

Osakidetza ofrece programas para dejar la bebida. También es posible a través de Alcohólicos Anónimos en Vizcaya: 944 150 751.

Volver a empezar

Ana. Ex alcohólica. Bilbaína. 50 años.

«Es peor ser mujer y alcohólica»

«Soy del perfil moderno. No bebía sola en casa. Por mi trabajo, estaba mucho de bares, restaurantes... Era de las que decía que los abstemios eran sosos. Cada vez bebía más. Pedía dos vinos por ronda. Quizá se intensificó por mi separación. El estigma es más fuerte en una mujer alcohólica. Hay prejuicios, incluso hay quien abusa sexualmente. Tenía la dignidad por los suelos. Fui al médico y me recomendó Alcohólicos Anónimos. Intuía un problema, pero no que fuese alcohólica. Hoy no pruebo el alcohol. Suena cursi, pero he recuperado la alegría de vivir, la paz interior. No somos una banda de amargados ex alcohólicos. Increíble lo bien que se puede llegar a estar».