Con tanta urbanización, buena parte del litoral andaluz ha perdido atractivo turístico, y para sacarlo del hoyo tiene que replantearse con urgencia dos asignaturas: cómo competir sin recurrir a la socorrida bajada de precios y qué hacer con los residentes climáticos (jubilados): europeos del centro y norte que vienen aquí por el clima. Se quedan 300 días al año, pero sin trabajar.

Y la preocupación de la Consejería de Turismo no es por poca cosa: se prevé que el crecimiento residencial que  soportará hasta 2020 la costa andaluza estará protagonizado por la «llegada masiva» de los jubilados. Además de levantar urbanizaciones en tramos costeros más vírgenes,  gustan de vivir diseminados, lo que causa un mayor impacto ambiental.

Y eso sin contar el consumo de agua, energía, residuos y movilidad (disponen de media de dos coches por vivienda), más que el del veraneante español con segunda casa en la playa.

Pese a lo que se cree, es más el gasto que generan los jubilados que la riqueza que crean, sobre todo porque el beneficio que dejan es a muy corto plazo. Superada la fase de construcción, apenas generan renta y empleo. Por ejemplo: aportan 8 veces menos puestos de trabajo y 12 menos renta que los hoteles.

Así lo diagnostica el plan de turismo sostenible de la Junta con vigencia (2008-y 2011) que busca los porqués de la situación de nuestras playas por la invasión de los usos residenciales, y deja claro que la apuesta tiene que ser el turismo de servicios. Comprensible si se prevé que casi el 50% del aumento del consumo de agua que habrá en 2020 vendrá de los residentes climáticos; un 32, de los locales y un 8%, de los hoteles.

Número de viviendas. Dueños de 86.990

Según el censo (2001), son dueños de 86.990 casas y la habitan de media dos personas 10 meses al año: el 4% del total de pernoctaciones; en 2020, el 27%.

Gasto de recursos. El 50% del agua

En 2020, gastarán casi la mitad de los 898 hm3 anuales de consumo y el 35% de la energía. Causarán el 41% de los gases de efecto tóxico.

Otros impactos. Un hotel, menos

Aunque un hotel tiene más incidencia ambiental que el modelo residencial vacacional, el efecto en lo económico y social del segundo es muchísimo menor, según el plan.