Lo describen casi de manera unánime como uno de los principales referentes en el mundo de la magia y un innovador de este arte que en la Edad Media te llevaba a la hoguera.

Jorge Blass (Madrid, 1980), tras una gira por Latinoamérica llega a Madrid, al Teatro Compac Gran Vía, con Palabra de mago, un nuevo espectáculo en el que promete más sorpresa y más innovación. Más lejos aún, y ya lo estaba, de las chisteras y los conejos que para él ya están más que pasados.

¿Se puede uno fiar de la palabra de un mago?

Yo creo que uno se puede fiar de un mago porque somos personas honestas, aunque es verdad que manipulamos la percepción, la memoria y hacemos creer cosas que no han sucedido. Pero siempre avisamos de lo que va a pasar, así que somos tramposos honestos.

¿Y qué es eso tan nuevo de Palabra de mago?

Que me voy a sincerar y compartir cosas que nunca he contado, juegos inéditos que tienen que ver con las nuevas tecnologías, con iPad o móviles, también voy a hacer varias levitaciones. Lo presento por primera vez.

¿Realmente la magia tiene posibilidades de hacer algo verdaderamente nuevo o es algo que parte de algo que existía?

Hay efectos mágicos: aparición desaparación, levitación, teletransportación... Igual que los temas en literatura o las notas musicales... La conjugación hace que puedas probar algo nuevo. Por supuesto que puedes crear algo nuevo. Hay un camino por explorar.

¿Qué es lo que más le gusta a usted como mago?

Al público, de siempre, lo que más le gusta son las desapariciones, porque es algo imposible. Por eso los grandes magos de la historia acababan siempre con una gran desaparición. A mí lo que más me gusta del número que presento es la interacción con el público. Todo el teatro se convierte en mago, hasta ese punto llega con las cartas.

¿Son las cartas lo que más le gusta?

No, crear magia y escenificación, usar otras herramientas, hacer magia dramatizada. Una persona levita y yo a su vez también.

¿Lo que menos: chisteras y conejos?

Yo respeto las chisteras y los conejos, pero creo que ya hemos pasado esa etapa y tenemos que avanzar.

Cuando escucha que es uno de los principales referentes de la magia, ¿qué piensa?, ¿era su objetivo?

A mí me gusta pensar qué es lo siguiente. Aprendo más cuando me critican.

¿Seguro, hasta cuando le critican mal?

Sí, seguro y eso que ahora estamos muy expuestos. Pero no toda la opinión de todo el mundo vale igual. De la gente cercana es de la que más aprendo.

¿Entiende a los que no les gusta la magia?

A veces es por un mago que vieron en la tele o en una situación inadecuada.

¿Y a quienes tienen fobia a los números de cartas?

Yo les diría que fueran a ver a Tamariz. Es como a quien no le gusta la música clásica, pues igual es que no ha escuchado a Bach o a Mozart.

Decía que aprende con las críticas, pero ¿qué es lo peor que le pueden decir?

Que soy aburrido, porque el público perdona errores pero no perdona el aburrimiento.

¿Y su peor error o lo que peor recuerda?

Romperme el talón de Aquiles en un estreno, hace 5 años. Continúe e hice 3 semanas con el tendón roto.

¿Y lo más divertido?

Un chico pidió la mano a su novia en el show. Subieron al escenario y en mitad de un número lo hizo.

¿Cree que hay magia cursi, hortera, paleta, dura o blanda?

Creo que los magos somos intérpretes no actores. Como un músico. En mi caso muestro lo que me gusta, mis deseos, mis aficiones. Si yo soy cursi, pues haré magia cursi, depende de lo que uno tenga que compartir.

¿Le hubieran quemado en la Edad Media?

Me hubieran quemado a mí y a todos, porque éramos gente a la que quemaban porque no entendían lo que hacían.

¿Y qué hubiera hecho?, ¿se ve haciendo magia pese al riesgo?

Si hubiera estado en la Edad Media, hubiera hecho magia pero no creo que los secretos valgan tanto como para morir en la hoguera. Habría escrito los secretos en un libro.

¿Le importa mucho desvelar trucos?

No demasiado, yo no tengo tanta protección como otros compañeros. Los magos ponemos demasiado enfoque en nuestros secretos y no son tan importantes.

¿Algún truco imposible?

La cuerda hindú, por ejemplo: contaban cómo una cuerda subía hasta las nubes y los niños subían por ella y se perdían en las nubes, o un dado que crecía y salía una persona de dentro. A mí me encantaría encontrar la fórmula de la invisibilidad.

¿A qué político le hace más falta la magia?

A Rajoy sin duda le hace falta un gran juego de magia o será quemado en la hoguera como los magos de la Edad Media.