El mediador intercultural Michel José Louwette ha destacado dos elementos fundamentales para ser un buen intermediario: la observación y la distancia emocional: de esta manera, asevera que "puedes llegar a conducir a la persona a una solución". Su experiencia trabajando con alumnos marroquíes le llevó a percatarse de la necesidad de ver las cosas desde la perspectiva del otro y nunca apoderarse de la identidad de alguien, regla que acompaña con la obligación de saber escuchar a los demás.

Louwette ha participado este martes en el curso 'Talleres para enseñar segunda lengua a inmigrantes', dirigido por la profesora de español, didáctica de las lenguas y análisis del discurso en la Universidad de Columbia, Guadalupe Ruiz-Fajardo, y el profesor de ELE y formador en el Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de Granada, Aurelio Ríos Rojas. El seminario está organizado por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en el campus Antonio Machado de Baeza (Jaén).

Aunque considera importante la empatía, ha asegurado que no lo es todo, "pues puede convertirse en un defecto". Lo importante, añade, es acercarse y captar la lógica para ajustarse a la persona con la que tratas. Por otro lado, ha aclarado que el trabajo de mediador es complicado al inicio, donde el esfuerzo psicológico es enorme, pero "se vuelve más sencillo una vez que te adaptas y cuentas con un buen equipo".

Respecto a la crisis económica y migratoria, ha mostrado su preocupación por la falta de mediadores en campamentos de refugiados o Centros de Internamiento de Extranjeros, puesto que considera esencial el papel que desempeñan para una efectiva integración de los inmigrantes.