A pocos días de cumplirse dos años del atentado del 7-J que dejó 54 muertos en el metro londinense, los terroristas, presuntamente de Al Qaeda, parecían que querían celebrarlo con un devastador atentado contra una macrodiscoteca en la que en ese momento había unas 1.700 personas.

Uno de los mercedes encontrados el viernes por la Policía estaba cargado con 60 litros de gasolina , bombonas de gas y gran cantidad de clavos y fue dejado en la madrugada a las puertas del Tiger-Tiger, una discoteca de cuatro plantas situada en pleno centro de la ciudad.

El objetivo Expertos de Scotland Yard pasaron toda la noche examinando las posibles huellas dejadas en los vehículos y analizando las grabaciones de las cámaras de circuito de televisión del West End, barrio teatral y turístico de Londres, para tratar de identificar a los terroristas.

La Policía se percató del vehículo casualmente cuando los sanitarios de una ambulancia detectaron humo en un coche al ir a atender a una persona que se encontraba en estado de embriaguez cerca de la discoteca mencionada. Avisaron a la Policía, que pudo desactivar el artefacto.

Poco después las fuerzas policiales encontraron otro coche con componente parecidos al primero, que había sido trasladado a las proximidades de Park Lane por un coche grúa desde otro lugar próximo porque estaba mal aparcado.

Motivos

Expertos en terrorismo afirman que este intento de atentado ha podido ser un aviso al nuevo primer ministro británico, Gordon Brown, que sucedió a Tony Blair el pasado miércoles al frente del Gobierno o una respuesta a la reciente concesión por la reina de Inglaterra de un título honorífico al autor angloindio Salman Rushdie, autor de los "Versos Satánicos", que muchos musulmanes consideran una obra blasfema.