En 2005, M. A. F., delegado sindical de UGT, solicitó su integración en la plantilla del BBVA, al considerar que se cometía con él una prestación ilegal de trabajador. A partir de ahí, la empresa que le contrató, Azertia, «lo apartó de su puesto y lo marginó», explica su abogado, Jesús López.
Ahora, un juez ha condenado a Azertia con una sanción de 25.000 1 por mobbing, y al BBVA a reintegrar al trabajador en su plantilla.
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