El programa 'Vacacionantes' ofrece a casi 100 mujeres y sus familias un verano libre de la violencia machista

El programa 'Vacacionantes' del Servicio Integral de Atención y Acogida del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), del que se cumple la decimosexta edición, está dirigido para beneficiar un total de 93 personas en toda la provincia de Sevilla que les permita durante los meses de julio y agosto unas vacaciones "divertidas, normalizadas y libres de violencia machista".

El programa 'Vacacionantes' del Servicio Integral de Atención y Acogida del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), del que se cumple la decimosexta edición, está dirigido para beneficiar un total de 93 personas en toda la provincia de Sevilla que les permita durante los meses de julio y agosto unas vacaciones "divertidas, normalizadas y libres de violencia machista".

En un comunicado, la Delegación Territorial de Igualdad y Políticas Sociales ha explicado que la coordinadora del IAM en Sevilla, Carolina Casanova, ha visitado este viernes una de las casas de acogida para víctimas de la violencia de género para supervisar el dispositivo de vacaciones libres de machismo del que se beneficia un total de 93 personas en toda la provincia. De estas personas, 44 son mujeres y 49 hijos.

En este sentido, el programa, supervisado este viernes por la coordinadora provincial, tiene también el objetivo de favorecer la integración de las víctimas, especialmente de los niños, en el ámbito afectivo, social y cultural de la nueva ciudad en la que residen, al encontrarse en estas fechas fuera de su entorno familiar por haber sido acogidas ante el elevado riesgo de muerte por violencia de género. En Andalucía son 536 las personas beneficiarias, 288 de ellas menores.

En Sevilla, el programa se desarrolla en la red de pisos tutelados, donde viven temporalmente once personas en las casas de acogida, donde hay 34 víctimas y sus familiares y en los centros de emergencia, donde habitan otras 48 mujeres y sus hijos.

La red andaluza cuenta con 34 centros de emergencia para la atención y acogida a víctimas de violencia de género del IAM, con un total de 471 plazas para personas que dejan sus hogares a causa de las agresiones y amenazas sufridas.

En este sentido, los centros, que prestan servicio las 24 horas durante 365 días al año, se dividen en tres tipos, como son los centros de emergencia, que garantizan a las víctimas una acogida inmediata y una atención de emergencia; las casas de acogida, centros residenciales que trabajan en la atención integral para salir de la violencia; y los pisos tutelados, que favorecen la autonomía de las mujeres, una vez que han pasado por los otros dos recursos.

Asimismo, Casanova ha destacado que las actividades lúdicas del programa 'Vacacionantes' ha logrado "favorecer la integración de las víctimas, aumenta su autoestima, fortalece el vínculo materno-filial y, sobre todo, crea un ambiente de seguridad, respeto y buen trato como modelo de convivencia".

El programa cuenta con la participación de todo el personal de acogida —auxiliares sociales, o psicólogas, entre otros— y abarca actividades tan variadas como fiestas del agua, talleres de cocina infantil y hábitos saludables, lecturas de verano, manualidades con elementos reciclados, cine de verano, taller de jardinería, cenas y tertulias de verano, juegos cooperativos o diferentes excursiones a playas, piscinas o lugares de interés turístico y cultural, entre otras. Junto a ello, se programan talleres específicos para apoyar a las mujeres en la búsqueda de empleo y en el desarrollo de su autoestima.

Atención integral a menores

Según ha explicado la coordinadora del IAM, este programa se enmarca en el objetivo de la Junta de "ofrecer una atención integral y temprana a menores expuestos a la violencia de género, con el fin de evitar que perpetúen la violencia de género que han sufrido en sus casas y recuperen una vida libre de maltrato".

Las niños que desde edades muy tempranas están expuestos a la violencia de género en sus hogares son "especialmente vulnerables, ya que tienen el riesgo de reproducir esos patrones o sufrir secuelas que lastren el resto de su vida. Se trata de menores afectados por diversas consecuencias psicológicas, emocionales, sociales, cognitivas y físicas, en función del tipo de exposición a dicha violencia, a lo que se suman los problemas derivados del derecho del maltratador a los regímenes de visita, que puede dar lugar a que el menor se convierta en víctima directa como instrumento de daño del agresor hacia la madre", ha concluido Casanova.

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