(Risas.) Lo cierto es que fue así. Me fui a Londres un año a trabajar de camarero. Allí me di cuenta de que quería ser actor.
Poniendo copas en Londres, todo el mundo preferiría ser actor...
(Risas.) Pues sí, también es cierto.
Además, ahora todo el mundo quiere dedicarse a eso, ¿por qué?
No te creas. Suena bien y es una profesión muy romántica, pero a la hora de la verdad es muy dura.
Además, usted es que siempre había hecho teatro.
Claro, el teatro sí que es duro. Los actores pasamos mucha hambre y eso es algo que hay que asumir.
Pues usted se va ahora un mes entero a recorrerse Europa. Mucha hambre no pasará...
Ahora, por primera vez en mucho tiempo, no puedo quejarme. También es verdad que llevo once meses sin parar. Es una serie diaria y tenemos que grabar un capítulo por día.
Ha hecho otros papeles para tele y siempre le tocan series de época, ¿tendrá cara de antiguo?
Creo que eso de la antigüedad lo da el maquillaje y la caracterización.
No se lo tome a mal, mi madre lo dice siempre como un cumplido.
¡Ah! ¡Bueno! (risas).
Con lo mala persona que es su personaje, ¿qué le dice la gente cuando lo ve por la calle?
La gente sabe que es un papel y me tratan con mucho cariño. Lo que más gracia me hace es la gente tan diversa que nos ve. El otro día se acercó un chico con melena y una camiseta de Metallica y me dijo: «Anda que no eres malo, Ernesto». Me sorprendió mucho.
En realidad, hacer de malo tiene que ser muy gratificante.
A mí me gusta. Además, es un personaje que ha tenido una evolución muy buena.
* TVE 1. De lunes a viernes, a las 16 h.
Bio
Tiene 28 años y es de Ferrol (Galicia). Estudió interpretación en la Real Escuela de Arte Dramático. Su pasión es el teatro de calle. Ha trabajado siempre en producciones independientes y ha realizado cameos en series como 7 vidas y Aída. Está soltero y sin compromiso.
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