La consejería de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid abrirá un expediente sancionador contra la residencia privada de ancianos Juan XVIII, ubicada en Alcobendas, después de la emisión de un reportaje de cámara oculta en El programa de Ana Rosa de Telecinco.

Según la cadena, "las condiciones del centro de mayores eran aparentemente normales" hasta que se pudo acceder a la tercera planta del edificio.

"Después de mucho trabajo -comentaron desde la emisora de televisión- una redactora consigue infiltrarse en la residencia y acudir al tercer piso. Cuando se abre la puerta del ascensor aparece una sala con más de veinte ancianos dormitando en posturas imposibles sobre sillas de terraza, muchos de ellos atados. Solamente hay una auxiliar a su cargo, la cual asegura que en esta planta sólo hay personas con problemas de alzheimer, demencia o impedidas".

En el reportaje se puede ver como algunos de los ancianos tienen moratones y marcas, la estancia está sucia y "los excrementos humanos se reparten por todo el suelo", agregaron desde Telecinco.

El material de Telecinco es clave

Según el Gobierno regional, la cadena se puso en contacto "de inmediato con nosotros", una vez fueron grabadas las imágenes.

Por su parte, la consejería de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid afirmó ayer que abrió una investigación el mismo día en el que se conocieron los hechos y en la redacción del expediente sancionador tendrá en cuenta "tanto la documentación gráfica aportada por Telecinco" como aquellos datos que recabe el equipo investigador que visitó la residencia de ancianos.

Caso guardería

Este caso sale a la luz pública sólo tres meses después de que la Consejería de Educación, dirigida por Luis Peral, ordenara el cierre cautelar de la guardería El Borreguito Azul, en el distrito de San Blas, tras comprobarse la veracidad de unas imágenes que aparecieron en un vídeo de cámara oculta, emitido también por Telecinco en un programa de Mercedes Milá, en el que se observaba cómo las cuidadoras daban de comer a la fuerza a los niños, chillándoles y obligándoles a tragar sus propios vómitos.

También se abrió un expediente de revocación de la licencia de funcionamiento, que impedirá que vuelva a abrir.