Los residuos hallados no suponen ningún riesgo para los consumidores, pero las autoridades sanitarias españolas han alertado a la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea de la detección de restos del plaguicida endosulfán por encima de los niveles autorizados en partidas de melones amarillos procedentes de Almería y distribuidos en Francia y Valencia. El hallazgo ha permitido paralizar los melones antes de que hayan sido puestos a la venta. El pasado mes de diciembre ocurrió algo similar con otras partidas de pimientos procedentes de invernaderos de El Ejido.