Según confirma la revista "People ", Penélope Cruz fue una de las "privilegiadas" en conseguir uno de los pocos asientos para un íntimo concierto que tuvo lugar el pasado sábado, a más de mil dólares por cabeza.

Penélope Cruz nunca ocultó su debilidad por Prince. Y el pasado fin de semana tuvo lugar el debut de la serie de conciertos "3121" con dos actuaciones en la habitación Blossom del hotel Roosevelt, uno de los más antiguos de la ciudad, situado en el corazón de Hollywood.

Otros famosos que allí se dieron cita para escuchar al intérprete de Purple Rain fueron las actrices Hilary Swank (y su nuevo novio John Campisi) o Michelle Rodríguez, el actor Topher Grace y los cantantes Erykah Badu, Suge Knight o John Legend, entre otros.

Según las mismas informaciones Cruz estuvo sentada en primera fila y lo más en el centro posible, cantando con sus temas preferidos y aguantando hasta el final las más de dos horas de concierto.

La recompensa se sentó a su lado cuando Prince dejó el escenario durante la interpretación de I Never Loved a Man para tocar la guitarra al lado de la primera actriz española candidata al Oscar.

La pasión de Cruz por Prince es un secreto a voces, especialmente subrayado durante su candidatura al Oscar cuando la española no ocultó su deseo de que el intérprete le preparara una fiesta para después de la ceremonia de entrega de estatuillas porque "las suyas son las mejores y empiezan cuando se acaban todas las demás".

Es una admiración mutua, ya que durante el homenaje que Penélope recibió el pasado año a toda su carrera, Prince fue el que se sentó en primera fila para aplaudir con energía los logros de la protagonista de Volver.

Durante el concierto del sábado, los aplausos de Cruz consiguieron un par de temas más fuera de programa, con la repetición de Purple Rain y Nothing Compares 2 U, antes de que la española fuera el último rostro famoso en abandonar la sala.