Rosalía Banet seduce y perturba al espectador con su fábrica de conservas agridulces 'Las Golosas'

Un gran instalación de 40 metros cuadrados que la artista madrileña ha donado al MAS
Muestra de Rosalía Banet en el Espacio MeBAS
Muestra de Rosalía Banet en el Espacio MeBAS
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Muestra de Rosalía Banet en el Espacio MeBAS

La artista madrileña Rosalía Banet (Madrid, 1972) seduce y pertuba al espectador con el territorio de cuento que explora en su exposición temporal Fábrica de Conservas Agriculces 'Las Golosas' que se puede ver en el Espacio MeBAS del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS).

La propia artista ha presentado este viernes la exposición-instalación de 40 metros cuadrados, y que ha donado al museo santanderino, en una rueda de prensa en la que ha estado acompañada de la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Santander, Miriam Díaz, y del director del MAS, Salvador Carretero.

La muestra, que se inaugura esta tarde a las 20.00 horas y se podrá ver hasta el próximo 4 de octubre, está formada por dibujos, cuadros, fotografías, esculturas de plastilina o resina y vídeos y todas las piezas conforman "un territorio de cuento que nos seduce para luego perturbarnos".

La "brillante" instalación de Banet forma parte de un vasto proyecto expositivo -esta serie se desarrolló a lo largo de cuatro años (de 2008 a 2012 aproximadamente)- "muy narrativo e interdisciplinar" que, bajo el nombre de 'Las Siamesa Golosas', cuenta la vida de Sara Li y Ana K, dos hermanas siamesas formadas por restos humanos.

De todas las piezas que componen este proyecto, la fábrica de conservas es la más relevante, así como una de las piezas más importantes de su trayectoria, tanto por el reto que supuso crear una pieza de estas dimensiones, como por tratarse de una obra que engloba gran número de piezas muy diversas (siamesas, órganos, botellas, latas, trajes de las trabajadoras, etc.).

La idea es que los visitantes puedan entrar en la fábrica y ver todo el proceso de producción -la selección de cuerpos, la preparación de vísceras, el envasado y el etiquetado de los productos- de la comida caníbal que preparan las siamesas: pechitos de venus, cerebros de obsesos, ojos secos, fetos tiernos, corazones de amante, reducciones de vísceras, intestinos, ojos en su jugo, rabos en salsa, dedos crujientes, riñones rellenos, lenguas frescas, orejas fritas, narices cortadas, lágrimas de dolor, lágrimas de amor, lágrimas de rabia bloody Mary o sangría.

La obra tiene como eje central a las siamesas Sara Li y Ana K. En su todavía breve vida, las hermanas han creado una fábrica de conservas que lleva su apellido. Un pequeño negocio familiar donde cocinan, como anteriormente hicieran sus madres, platos realizados con sus propios sentimientos.

La fábrica de 'Las Golosas' no prepara frutas o verduras, sino fragmentos humanos. Sin embargo, a pesar de su apariencia caníbal, las siamesas no desean comerse a nadie. Estos trozos humanos representan sus sentimientos: el dolor, el sufrimiento o la rabia.

Es, por tanto, un régimen de símbolos, una forma de poner sobre la mesa sus miedos para enfrentarse a ellos. Se puede decir que lo que en realidad cocinan las siamesas son sus propios sentimientos y así, por medio de la comida, llevan a cabo una especie de purga y trasmiten sus sentimientos a quienes los degustan y cubren las que para Freud eran las necesidades básicas del ser humano: el hambre y el amor.

La artista ha explicado que la historia de Sara Li y Ana K es un trabajo "muy narrativo en el que, poco a poco, las siamesas han ido cobrando vida". Desde su origen en la Carnicería Love, donde su creación -a modo de ensamblaje de fragmentos corporales a manos de cuatro mujeres- se plantea a modo de reflexión sobre la identidad como algo plural y mudable.

"De esta unión de partes surge un ser doble que, por esta condición, representan la identidad múltiple frente a una identidad única, pero también, puesto que se apartan de la normalidad, simbolizan lo monstruoso y lo excluido", ha indicado..

Esta gran instalación de unos 40 metros cuadrados fue producida en su día por el Centro de Arte Contemporáneo La Conservera de Murcia. La artista, con gran generosidad, ofreció al MAS la donación de la instalación incorporándose en propiedad a su colección tras exponer una muestra individual de la autora en su planta 0, dentro de la segunda época del proyecto de arte contemporáneo internacional 'El Puente de la Visión' de 2009.

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