UPO.- Las capacidades personales, fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas excluidas

La inclusión total de una persona que proviene a nivel familiar y personal de una situación de exclusión social es "una quimera". Así de rotundo se ha mostrado Alejandro Martín Pluma, asesor técnico de menores de la Delegación de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, quien ha asegurado además que sí se puede hablar de que una persona en exclusión ha conseguido mejoras en su situación, o que proviniendo de una exclusión severa han logrado salir de ella, evitando así las condiciones de extrema privación.
El asesor técnico de la Junta Alejandro Martín
El asesor técnico de la Junta Alejandro Martín
EUROPA PRESS/UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE
El asesor técnico de la Junta Alejandro Martín

La inclusión total de una persona que proviene a nivel familiar y personal de una situación de exclusión social es "una quimera". Así de rotundo se ha mostrado Alejandro Martín Pluma, asesor técnico de menores de la Delegación de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, quien ha asegurado además que sí se puede hablar de que una persona en exclusión ha conseguido mejoras en su situación, o que proviniendo de una exclusión severa han logrado salir de ella, evitando así las condiciones de extrema privación.

En esta situación, las capacidades personales son "fundamentales" —en opinión de este trabajador social— no tanto para dejar de ser una persona en exclusión, "ya que la salida de esta situación depende más de factores que tienen que ver con la voluntad política y la puesta a disposición de recursos", sino como un elemento que ayuda a mejorar la calidad de vida de estas personas dentro de la situación de deprivación. "Observamos que personas que tienen una autopercepción positiva y fuerte se enfrentan a los problemas diarios con otra determinación y consiguen mejoras en su situación sociofamiliar, a diferencia de los que mantienen una autopercepción negativa", sostiene.

Martín ha realizado estas declaraciones en el ámbito del curso 'El individuo como motor de cambio en los procesos de inclusión social', que se imparte dentro de la programación de la XIII edición de los cursos de verano que la Universidad Pablo de Olavide (UPO) celebra cada año en su sede de Carmona (Sevilla), y que dirige.

Según ha explicado este licenciado en Sociología, en el proceso de la exclusión de una persona influyen tres factores interrelacionados entre sí. En primer lugar, las oportunidades, entendiendo éstas como los elementos de compensación que la sociedad ofrece a los individuos en materias tan esenciales como el empleo, la formación, la vivienda, la salud o la participación política. En segundo lugar, la socialización, tanto familiar como étnica, considerándola un elemento clave que influye en una menor o mayor inclusión social. Y finalmente, las características personales de los individuos, en relación a sus capacidades y a su empoderamiento.

En relación a los perfiles más frecuentes de las personas excluidas, Martín Pluma ha explicado que éstos son muy heterogéneos: así, se pueden encontrar con personas transeúntes o sin hogar, con discapacidad y/o problemas de salud mental, personas mayores solas y aisladas, familias deprimidas socialmente, residentes en asentamientos chabolistas o en zonas con necesidad de transformación social, inmigrantes en situación no regular, personas con problemas de adicción al alcohol y/o drogas y personas pertenecientes a minorías étnicas. "En este sentido, no hay que olvidar el proceso de exclusión histórica de la etnia gitana, mayoritaria en Andalucía", según ha apuntado.

El incremento de número de personas excluidas ha sido proporcional "al paso de los meses de la crisis económica, sin que se detectara mejora alguna", ha manifestado el director del curso. Para corroborar esta afirmación, ha expuesto los datos oficiales de las personas que han solicitado el ingreso mínimo de solidaridad, también llamado salario social, "y que supone la última ayuda económica que se puede solicitar ya dentro de un proceso de exclusión social que ha aumentado un 120 por ciento desde el 2008 en toda Andalucía".

ANDALUCÍA,

La comunidad más pobre de españa

Además, Martín ha expuesto otros datos como los del último informe Foessa, en el que se refleja que el 25,1 por ciento de la población está en situación de exclusión social en España. Además, según las estadísticas del Eurostat y de los indicadores europeos Arope, Andalucía es la comunidad más pobre de España, superando en más de 12 puntos porcentuales la media nacional situada en el 27,3 por ciento (más de 13 millones).

"Pero si hablamos de la población infantil los porcentajes se disparan en Andalucía. Recientemente Unicef ha publicado un dato demoledor: el 51,1 por ciento de los menores en Andalucía está en riesgo de pobreza y exclusión social", según ha manifestado el trabajador social.

Para concluir, Martín Pluma ha opinado que las políticas sociales están mal enfocadas en la actualidad a todos los niveles, "siendo totalmente insuficientes para mejorar la situación de las personas en exclusión social. Existe un factor determinante en este fracaso y es que estas políticas no están diseñadas por profesionales de lo social. Se diseñan por políticos que desconocen la multidimensionalidad del proceso de exclusión social y que normalmente se mueven en base al rédito electoral".

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