El apuñalamiento de Pajaritos acentúa la inquietud en el barrio

  • «Se veía venir», dicen los vecinos.
  • Denuncian la inseguridad que generan los indigentes, ahora en el edificio de los sindicatos.

En la frutería, en la peluquería, en las cafeterías, en el súper... Los vecinos de los Pajaritos seguían ayer hablando de la agresión sufrida por una joven del barrio. El apuñalamiento de una de sus convecinas, el pasado viernes, a manos de un hombre con aspecto de vagabundo no ha hecho más que incrementar la sensación de inseguridad de los residentes.

La asociación de vecinos denuncia desde hace meses las molestias que ocasiona un grupo de indigentes asentado en el entorno de la estación de Renfe, sin que sus quejas hayan calado aún en el Ayuntamiento de la capital.

Más en los sindicatos

«Y ahora se han puesto otros en los sindicatos y esos sí que son agresivos», afirma Paco Ruiz, vecino de la zona. Lo cierto es que desde que CC OO y UGT trasladaron sus sedes, hace varios meses, un grupo de indigentes se ha asentado en la entrada del antiguo edificio de los sindicatos, donde sólo quedan varias organizaciones minoritarias.

Este grupo «atemoriza a todo el que pasa y se ha instalado a sus anchas con sacos de dormir incluidos», según los residentes de la calle. «Lo del otro día le podría haber pasado a cualquiera y podría repetirse», advierten.

A pocos metros, en los Pajaritos, exigen medidas. «Se veía venir. Hemos pedido muchas veces que hagan algo con los indigentes, pero pasan de nosotros», dice Carmen Santos. «A mí me cayó una botella de cerveza mientras se peleaban entre ellos», comenta otro joven. Algunos plantean movilizarse contra la dejadez municipal.

Perturbado, pero «consciente»

El forense que ha examinado al agresor de la joven de los Pajaritos sostiene que el acusado podría tener sus capacidades perturbadas, puesto que no conocía de nada a la víctima. No obstante, subraya que en el momento de la agresión era «consciente» de los actos, según indicaron a Efe fuentes judiciales.

El juez de guardia decretó ayer para él prisión incondicional y sin fianza por intentar asesinar a una joven de 29 años, en plena calle Alondra, cuando paseaba con su bebé.

Según declaró una vez detenido, lo hizo porque lo «miró mal». Ella sigue grave.

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