"Ya no estamos con el agua al cuello, sino que nos cubre varios metros sobre la cabeza". Así de rotundo se mostraba ayer el Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Barbate, Antonio Varo, debido a la incapacidad que está demostrando la comisión mixta entre UE y Marruecos para resolver los denominados "flecos pendientes" del acuerdo bilateral de pesca.
"Pensábamos que todo iba a resolverse más rápido, nos metimos en el acuerdo con ilusión y estamos llegando a unos límites que no nos esperábamos". Y es que, tal y como están las cosas, "no estamos sacando siquiera un diez por ciento de rentabilidad al acuerdo" y, paralelamente, afrontan los gastos del combustible, del pago de las licencias y "un crédito de 200 millones que habíamos pedido para una fábrica de hielo".
Ayuda a las administraciones
Después de la última reunión el pasado viernes en Rabat, en la que no se llegó a ningún acuerdo, el colectivo decidía hacer llegar su situación a la Consejería de Agricultura y Pesca para que "escuchen de nuestra propia voz que seguimos con la ilusión de trabajar en Marruecos, pero que en las condiciones que hay ahora mismo es imposible". Sólo pretenden apoyo de las administraciones para que "busquen alguna vía de continuidad" ya que sin autorización para el uso de las luces "pronto llegará el fin de todo esto".
Pagar por nada
El tiempo juega en contra de la flota. Se han sucedido ya cuatro reuniones bilaterales y la situación continúa en punto muerto.
Lo peor del asunto es que los armadores de los cuatro barcos que recibían orden de apresamiento por haber pescado, presuntamente, en zona prohibida (a menos de dos millas de la costa norteafricana), tuvieron que abonar 10.000 dirham cada uno - algo más de 900 euros al cambio- como "condición" para que pudiera celebrarse la última reunión que finalmente "no ha servido para nada".
Varo declaró que "los armadores están dolidos" porque "tuvieron que pagar por algo que se ha demostrado que no habían hecho", "sólo estaban resguardándose del temporal y no faenando", aclaró.
Aun a riesgo de que pueda haberse creado un precedente para las autoridades alauitas, este gesto demuestra "el interés que tenemos por seguir pescando en Marruecos y en que el asunto pueda resolverse".
Sólo un barco faenaba ayer en el caladero marroquí y el resto se quedaba en aguas del "esquilmado" Golfo de Cádiz donde, seguro, no les impondrán "sanciones por nada" y se ahorran un costo inútil del combustible.
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