Oxford expone en 'Una sociedad elegante' a Adam Buck, el mejor miniaturista de la Regencia

  • Nacido en Irlanda, Buck vivió y trabajó en Londres durante el refinado período de transición entre las épocas georgiana y victoriana.
  • Con clientes entre la nobbleza, adquirió especial notoriedad al retratar a Mary Anne Clarke, la amante del príncipe y heredero real Federico de York.
  • El Museo Ashmolean de la Universidad de Oxford monta una antología del pintor, al que considera el mejor cronista visual 'de la época de Jane Austen'.
Mary Anne Clarke, amante de Federico de York, en una acuarela de Adam Buck
Mary Anne Clarke, amante de Federico de York, en una acuarela de Adam Buck
Lent by Private Collection
Mary Anne Clarke, amante de Federico de York, en una acuarela de Adam Buck

Bien conocido entre los coleccionistas y de notable importancia en la historia del arte británico durante la Regencia, el refinado periodo —teoricamente corto (1811-1820) pero que los historiadores suelen ampliar (1795-1837)— que se sitúa entre las épocas georgiana y victoriana, el artista Adam Buck (1759–1833) es recordado, sobre todo, porque se le suele asociar a la representación del mundo que retrata en sus obras Jane Austen, la escritora que mejor narró los cambios sociales que se estaban produciendo en el país: aparición de la burguesía, decadencia lenta pero constante de las fortunas heredados por razones de cuna y tránsito hacia la inevitable revolución industrial.

La relación entre el artista y la escritora como testigos de su tiempo es aprovechada en An Elegant Society: Adam Buck, artist in the age of Jane Austen (Una sociedad elegante: Adam Buck, artista en los tiempos de Jane Austen), una antología de pinturas, dibujos y grabados de quien es considerado el mejor miniaturista de su tiempo. La muestra, organizada por el Museo Ashmolean de la Universidad de Oxford, estará en cartel hasta el 4 de octubre.

Guerras Napoleónicas

Nacido en la localidad irlandesa de Cork, donde trabajó durante dos décadas, Buck se estableció en Londres en 1795. En la ciudad triunfó casi de inmediato por la excelencia neoclásica de su estilo y encontró una clientela de altura. Retrató nada menos que al príncipe regente Jorge IV —que ocupó el trono cuando su padre, Jorge III, sufrió un ataque de locura, y que sería el gran triunfador en las Guerras Napoleónicas y el rey que perdió gran parte del imperio colonial norteamericano (los futuros EE UU)—.

Otros clientes de alcurnia que encargaron retratos a Buck fueron Federico de York, también pretendiente al reinado y comandante en jefe de los ejércitos británicos, cargo equivalente al de un ministro de Defensa de hoy, y su famosa concubina, Mary Anne Clarke, una de las más bellas cortesanas de Londres y organizadora de fiestas tan fastuosas como las ceremonias reales.

Varios retratos de la amante real

Buck retrató a la amante del príncipe en varias ocasiones —la obra más conocida es la elegante y vaporosa de 1803— y en la exposición hay un par de obras que la muestran apoyada en la base de una escultura y recostada en un diván.

La muestra, con numerosas cesiones de colecciones privadas, exhibe 60 obras entre acuarelas, miniatura, pequeños retratos, piezas engarzadas en joyas e impresas en vasos y cerámicas. El estilo de Buck, sea cual sea el soporte, es el mismo: delicadeza, mujeres de perfil y vestidas con túnicas de inspiración griega y grupos presentados en estilo de friso.

Heroína popular

A diferencia de otros artistas de la época, cultivadores de la caricatura grotesca e irónica, Buck siempre se mantuvo fiel a un ideal de belleza reposada y plácida. Sus grabados fueron ampliamente difundidos en su tiempo, sobre todo los retratos de Clarke, que fue tratada como una heroína popular cuando fue investigada y encarcelada por el supuesto cobro de comisiones en los nombramientos de mandos militares.

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