Alberto Corazón: 50 años de historia a través del diseño gráfico más comprometido

  • Una exposición rinde tributo al medio siglo dedicado al diseño de este maestro.
  • De él son los diseños como los de Renfe, Once o la Casa del Libro.
  • "Ha merecido la pena la pelea", afirma este creador al hacer balance de su trabajo.
El diseñador Alberto Corazón
El diseñador Alberto Corazón
JORGE PARÍS
El diseñador Alberto Corazón

Codicia y mediocridad: así define el estado de esta disciplina y lo hace extensible a la sociedad, la cultura o la empresa Alberto Corazón (Madrid, 1942), el rey indiscutible de nuestra historia en cuestión de lo que él llama 'comunicación gráfica' porque "diseñador gráfico ha quedado vacío de significado.

Hace unos años se enfadó tanto que se tomó lo que él define como una "excedencia" en cuanto al diseño, pero aquello ya acabó y ha vuelto al optimismo.

"Hay cambios y eso hace que tenga esperanza", afirma este creador a sus más de 70 años rodeado de una parte fundamental de su creación expuesta en la muestra Alberto Corazón. Diseño: la energía del pensamiento gráfico. 1965-2010, en Fundación Telefónica, desde el 16 de julio hasta el 4 de octubre.

Sus diseños de libros, teléfono (suyo es el Domo de Telefónica), carteles, portadas, objetos cotidianos (sillas, lámparas...) y logos, partes que componen la muestra, no son sólo arte, que ya está reconocido como tal en la Academia de Bellas Artes desde 2006 y gracias en buena medida a sus esfuerzos, son un repaso a la historia y la sociedad de nuestro país de los últimos 50 años.

"Jamás pensé que pasaría lo que ha pasado, esta crisis para quienes vivimos los setenta y los ochenta con fuerza ha sido un golpe inesperado. Para mí todo esto se remonta al 92, ahí empezó la disgregación", reconoce con cierta tristeza en la mirada. Una mirada que en casi todo momento muestra el mismo entusiasmo que transmiten sus trabajos.

Sin embargo, el responsable de logos y carteles tan emblemáticos como el de Renfe, el ministerio de Cultura, Sanidad, Casa de América, Casa del Libro o Universidad de Salamanca, o de las portadas de los libros de texto referencia durante muchos años: Anaya, se muestra optimista con los últimos cambios.

"Hay signos de que esto cambia. La ciudad es de los ciudadanos y está empezando a ser así", dice a 20 Minutos este maestro del 'encargo' que no reniega del 'encargo', salvo cuando se trata de la última época en la que afirma que lo que te piden es que hagas algo mediocre. "Y algo mediocre no hago, el diseño es para mí un servicio a la comunidad".

A tal punto llega su compromiso que hace comprensibles sus críticas a lo mediocre y a "esos personajes extravagantes que hacen diseños extravagantes, a quienes no deberíamos prestar la más mínima atención".

La finalidad para este maestro de todo diseño gráfico tiene que ver con mejorar lo que nos rodea. Y ése ha sido desde que empezó su empeño. Y probablemente su logro.

"Llegan a decirte que no es lo suficientemente mediocre"

Comisariada por Ana Iriberri, la muestra es, dice Corazón, para los ciudadanos, y para ellos están expuestos 132 carteles, 115 imágenes y bocetos, 145 logos, además de objetos y maquetas.

El documental Siete días con Alberto Corazón es parte también de esta muestra que además de ser de las pocas que dan al diseño gráfico tal protagonismo, y a la palabra. Los textos de este creador ocupan paredes enteras a un tamaño muy inusual. "La palabra es muy importante para mí, por eso quise que fuera en un tamaño tan grande".

La palabra y el diseño están unidos en su vida y en su trabajo hasta el punto de llegar a escribir 30 páginas antes de llevar a cabo una idea, un boceto, un encargo. El diseño está como la palabra tan presente en nuestras vidas que desde que nos levantamos hasta que nos acostamos el contacto es directo: "Las 24 horas del día estamos en contacto con el diseño, desde que nos despertamos con un despertador... Todo es diseño", afirma este 'comunicador gráfico' que estudió Políticas y Económicas y no escurre el bulto a la hora de expresar abiertamente opiniones como: "El logo del PP es un prodigio de mediocridad, ¿cómo pueden ofrecer algo así a los ciudadanos? Pues porque es lo suficientemente mediocre".

Él mismo ha sufrido la mediocridad: "Es que te llegan a decir: no es lo suficientemente mediocre lo que has hecho. Y eso me generaba unos conflictos insuperables. Pero ya hay señales de cambio. Parece claro ya que hay cosas que no van a seguir siendo posibles. Y esto me genera una extraordinaria ilusión".

No significa su entusiasmo que esté ciego : "La mediocridad ha invadido la novela, el cine... Y las empresas: eso sí que es una declaración de mediocridad". No le faltan tampoco palabras para los medios: Es sorprendente que haya quienes crean que el papel en periodismo es residual. Si miras el New York Times, ves cómo han cambiado tres veces la estrategia en papel. Por algo será. Es que se están confundiendo cosas. Se toma la irrupción de lo digital como contrario al papel y son complementarios".

Volviendo a su manifestación de optimismo le preguntamos por dónde empezamos a hacernos más dueños de esa ciudad que dice que nos pertenece: "Estamos en el primer momento de la llamarada. El por dónde ir es lo que tenemos que decidir nosotros. Pero tenemos que ser nosotros y no otros". Al pedirle un proyecto concreto asoma el diseñador: "Necesito hacer muchos bocetos antes de poder decidir algo".

Lo que sí puede decir y dice es que no se arrepiente de ninguno de sus trabajos y aún más: "Tras estos 50 años puedo afirmar que ha merecido la pena la pelea".

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