Cerca de 1,4 millones de personas han participado en los más de 400 actos organizados por el Ayuntamiento de Pamplona durante las fiestas de San Fermín de este año, lo que supone un incremento de cerca de 90.000 personas respecto al año pasado.

Unos Sanfermines, en los que, según ha destacado el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, "ha imperado sobre todo la alegría y por encima de todo la normalidad" y que, en su opinión, han estado "bien lejos de aquellos cataclismos que parecía que se avecinaban en las vísperas de las fiestas".

Según ha expuesto, el compromiso del equipo de gobierno que él dirige es que de cara al año que viene las fiestas puedan "mejorarse" y, para ello, se empezará a trabajar desde el mismo mes de septiembre en la Mesa de los Sanfermines.

"Nuestro compromiso es comenzar a trabajar los Sanfermines de 2016 desde septiembre con una marca de la casa, muy clara, que es la de la participación ciudadana", ha remarcado el primer edil pamplonés, en una rueda de prensa que ha ofrecido este miércoles para hacer balance de las fiestas de este año.

Por otro lado, preguntado por la pitada que se escuchó en el Pobre de Mí, Asiron ha contestado que se juntaron "dos elementos". Por un lado, ha expuesto, "la figura del alcalde diciendo que las fiestas se terminan, que siempre suele generar algún tipo de pitada".

Por otro lado, sobre el hecho de que la pitada coincidiera con que iniciara su discurso en euskera, ha señalado que "todos tenemos que ser muy conscientes de que Pamplona es diversa y es plural" y ha considerado que "quien no haya entendido a estas alturas de la vida que Pamplona es una ciudad con dos idiomas propios, está bastante fuera de sitio".

(Habrá ampliación)