Escuchar las canciones de Xoel López (A Coruña, 1977) provocan el efecto de una hora y media de buena terapia: catarsis, intensidad, emoción y un tono muy cercano al movimiento. Y no sólo sus letras 'hablan' así, la música tiene el mismo tono, a la misma charla, la misma buena y precisa nota.

De lo pequeño a lo grande, de lo cotidiano a lo universal: así van las 13 canciones de su nuevo trabajo, el octavo de estudio en su historial, no en vano titulado Paramales.

"Perderse no sería tan malo..." canta en una de sus canciones, pero ¿no estamos ya perdidos?

A veces hay que perderse para encontrarse de nuevo. Hay que hacer borrón y cuenta nueva. Hay gente que se atreve a volver a empezar y gente conservadora que prefiere mantener lo que tiene, no perder...

Pues al final van a ser los que nos van a perder...

Algo de eso hay por ahí...

De lo que sí hay mucho en su trabajo es de salto hacia lo grande partiendo desde lo pequeño...

Sí, hay mucho de social y popular en este disco, canciones que llegan a mucha gente.  Y en esto hay algo que para mí es la gran dificultad: sintetizar. Sintetizar en unos pocos minutos todas las experiencias y puntos de vista. Es el gran reto.

¿Y qué hay de catártico? Porque algunas de sus canciones son pura terapia y venganza para quien la escucha, como eso de "Que la vida te dé todo lo que mereces...".

Para mí hay algo de catártico también. Y hay cierto rencor incluso en algunas canciones, pero no es algo que pueda defender éticamente. Pero es un sentimiento humano el rencor y las ganas de venganza. No digo que tenga que actuarse así, porque el ser humano responde a la violencia con violencia, pero que es un sentimiento que nos pertenece a muchos.

¿Cómo ve el barco del presente y del futuro al que también canta en este disco?

Es un momento muy bonito. Hay un final de un ciclo político del que mi generación nos hemos sentido muy alejados y del que ahora nos sentimos más cerca que nunca. Me encanta eso de poder coger el toro por los cuernos, que es lo que estamos haciendo. Ya a nadie le da igual la política, y antes a mi generación le ocurría lo contrario. Ha habido un cambio total de mentalidad y se ha generado un pensamiento crítico. La gente está tomando las riendas, y eso traerá algo bueno.

En cualquier caso algo cambia...

Creo mucho en el cambio. No hay que dejar de moverse nunca, no hay que dormirse.

¿Por dormirnos estamos aquí y así?

La autocrítica va por ahí. Hay que fomentar el pensamiento crítico, el cambio de visión.

¿La música tiene algún papel en ello?

La música no tiene que fomentar el pensamiento crítico, la música no va aparte. Si no ha expresado algo es porque no lo hubo en la sociedad. La música no tiene la responsabilidad de fomentar el pensamiento crítico.

Quizá la música no, pero...

Hay que ir a la raíz: que la gente tenga conciencia social, y entonces la música lo reflejará, será una derivación. Un músico tiene la misma responsabilidad que un ciudadano. Si hablamos de poesía tal vez sí se trate de un sector social más sensible. Pero no es responsabilidad del intelectual que la gente elija escuchar o leer determinadas cosas.

¿Y la televisión, en qué lugar queda?

Vivimos un sistema de puro entretenimiento más que de cultura. Mi infancia no era así, ha habido un cambio para mal en el que lo que se ha hecho es tener a la gente más entretenida por no decir despistada. Es un sistema mercantilizado que no es bueno para el ser humano.