La Justicia gala no ve "responsabilidad civil" en el certificador de implantes PIP

  • La compañía alemana TÜV, encargada de la certificación de los implantes de mama PIP, había sido condenada en 2013 a indemnizar a casi 1.700 pacientes.
  • El Tribunal de Apelación de Aix-en-Provence ha estimado que TÜV y su filial francesa no cometieron ninguna falta que comprometiera su responsabilidad civil.
Un cirujano plástico francés muestra los implantes de silicona fabricado por Poly Implant Prothese (PIP).
Un cirujano plástico francés muestra los implantes de silicona fabricado por Poly Implant Prothese (PIP).
ERIC GAILLARD / REUTERS
Un cirujano plástico francés muestra los implantes de silicona fabricado por Poly Implant Prothese (PIP).

El Tribunal de Apelación de Aix-en-Provence, en el sur de Francia, consideró este jueves que la compañía alemana TÜV, encargada de la certificación de los implantes de mama PIP, no es responsable civil de sus defectos.

En noviembre de 2013, el Tribunal de Comercio de Tolón la había condenado a indemnizar a las casi 1.700 pacientes víctimas de los implantes de Poly Implant Prothèse (PIP) que se habían constituido en acusación, así como a seis distribuidores en Brasil, Bulgaria, Italia, México, Siria y Rumanía.

La decisión de este jueves, no obstante, estimó que TÜV y su filial francesa respetaron sus obligaciones como organismos certificadores y no cometieron ninguna falta que comprometiera su responsabilidad civil.

La empresa, según recuerdan los medios, ya ha entregado unos 5,8 millones de euros a las víctimas, pero todavía no se ha tomado una decisión respecto al reembolso de esa indemnización.

Silicona industrial como producto principal

PIP llegó a obtener el 84% de su facturación fuera de Francia, esencialmente en América Latina, donde en países como Venezuela se estima que 33.000 mujeres fueron operadas para implantarles esas prótesis.

Pese a las acusaciones de fraude, el dueño de la empresa, Jean-Claude Mas, confesó durante el juicio utilizar una silicona industrial, pero afirmó que sus prótesis no tenían ningún riesgo sanitario y acusó a las mujeres que lo llevaron ante los tribunales de pretender "sacarle el dinero".

Jean-Claude Mas, de 77 años, fundó en 1991 PIP, convertido en el tercer fabricante mundial de prótesis mamarias gracias a sus implantes de bajo coste, y en diciembre de 2013 fue condenado a cuatro años de cárcel por el Tribunal Correccional de Marsella.

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