Probablemente sea uno de los ámbitos de nuestro día a día que más ha cambiado en los últimos 15 años. El comercio ha seguido un proceso de transformación donde se han mezclado elementos políticos, económicos, culturales, sociales, ecológicos y tecnológicos. Las consecuencias para el cliente han sido disponer de una mayor oferta, que se ha multiplicado sobremanera en tiendas online, y de unos horarios mucho más amplios.

La forma de adquirir productos también está más acorde a nuestros gustos y poder adquisitivo. La crisis financiera, cuyo epicentro se situó entre los años 2008 y 2012, ha obligado a muchos a hacer un control de gastos con la lista de la compra.

"Entre otros, se han producido dos grandes transformaciones que han afectado a los hábitos de compra. Por un lado, profundos cambios demográficos y sociales que han modificado la composición de los hogares, dando lugar a nuevos estilos de vida, con familias más reducidas, donde la mayoría de sus miembros trabajan y, por tanto, buscan horarios más flexibles para realizar sus compras, principalmente en fin de semana.

Por otro lado, la gran revolución tecnológica, que ha proporcionado a los consumidores una multitud de canales de compra on y offline, información y servicio", comentan fuentes de ANGED (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución).

El último Barómetro del CIS sobre hábitos de los españoles a la hora de hacer la compra recoge que las razones principales que esgrimen la mayoría de los encuestados para acudir a grandes almacenes son la variedad de productos y una apertura más amplia.

Con respecto a las tiendas, boutiques, mercados tradicionales o de barrio valoran la mayor calidad de productos, un mejor trato con la clientela, y la ubicación, ya que suelen estar más cerca de la vivienda.

Los supermercados e hipermercados interesan por sus precios, aunque en ese sentido, se lleva la palma los bazares o los establecimientos de un euro.

Los productos de alimentación, bebidas y de limpieza se adquieren hoy en día de forma mayoritaria en los supermercados, y más de un 70% aprovechan las ofertas y rebajas en artículos de comida, según el CIS. Para ropa y calzado, se prefieren tiendas o boutiques especializadas a pie de calle. En resumen, los precios y la calidad es lo que mueve a unos y otros.

"El cambio en estos años se ha notado mucho en el tipo de cliente. La gente más joven ha dejado de venir al mercado tradicional, y continúa la de toda la vida, que busca artículos de calidad. Lo mejor es el trato cordial, familiar, que se llega a establecer", explica Jesús González Sanz, propietario y dependiente de un puesto de frutas y verduras en la Galería de Alimentación Boltaña (Madrid).

Sin duda, internet ha tenido un protagonismo relevante. "En estos años, el consumidor ha integrado la tecnología en su vida cotidiana y con ella capta y genera información, compara precios, realiza todo tipo de operaciones financieras, adquiere bienes y servicios, los paga e incluso pone a la venta los suyos", explican desde AGNED.

Una sola referencia para entender el fenómeno online: la facturación del comercio electrónico en España, o e-commerce, ha pasado en los últimos siete años de los 5.911 millones de euros a los más de 15.000 millones previsibles para 2014. El crecimiento es espectacular, teniendo en cuenta, sobre todo, que este periodo recoge los peores momentos de la crisis financiera que hundió la demanda interna. Y si importante ha sido el desarrollo del e-commerce en nuestro país, más aun, si cabe, es el potencial que presenta.

Hay que tener en cuenta que en el Barómetro del CIS de mayo de 2014, el 63,4% de las personas que participaron en el estudio dijeron no haber realizado ninguna compra en internet durante los 12 últimos meses.

"La compra online está lejos de ser lo que será en un futuro. Hay muchas herramientas, pero al consumidor le está costando aceptarlas", explica José Luis Zimmermann, director general de la Asociación Española de la Economía Digital (adigital). Zimmermann asegura que "la experiencia del consumo online ha cambiado radicalmente en los últimos 15 años con cada vez mayor uso del móvil. El protagonista ahora es el cliente, que dispone de una oferta abrumadora", señala.

La rapidez en las entregas, la comodidad de adquirir productos desde casa o cualquier dispositivo tecnológico, la conveniencia... son numerosas las ventajas que el e-commerce ofrece a los clientes o usuarios. Lo que más compran los españolas a través de internet, según el Barómetro del CIS, son, por orden de importancia, billetes de transportes para viajes; reservas de vacaciones, entradas a espectáculos; moda y complementos; alimentación; bienes para el hogar; libros y revistas; DVD y música; productos informáticos; aparatos electrónicos y servicios financieros, entre los que se incluye la compra de acciones o diversas inversiones que ofrecen las entidades bancarias.

"En 2000 se cuestionaba la adquisición de moda o alimentación, especialmente de productos frescos. Hoy nadie lo debate. El primer impulso vino de la mano de las compras que tenían que ver con el turismo, los viajes, pero en poco tiempo se ha extendido a todos los sectores", comenta José Luis Zimmerman.

"El e-commerce proporciona libertad en los horarios. Son tiendas abiertas los 365 días del año durante las 24 horas", añade. Además, permite acceder a cualquier establecimiento del mundo. Es destacable, en este sentido, que la apertura de domingos y festivos, tras la aplicación de la nueva Ley de Liberalización Comercial aprobada en 2012, no es un motivo lo suficientemente atractivo para acudir a ningún tipo de tienda, según el CIS.

Uno de los factores que ha facilitado las compras en el universo online ha sido el impulso de las tarjetas prepago o monedero, que recoge un importe máximo de gasto, y que viene a ser como una tarjeta de débito o crédito, pero con ciertos límites. Estas tarjetas las ofrecen la mayoría de las entidades bancarias. No suelen llevar aparejadas comisiones en las recargas, aunque sí pueden tenerlas en la apertura. En algunos casos, no se requiere soporte físico para su utilización y se pueden recargar con operativa online. Evidentemente, las tarjetas de crédito y débito clásicas también pueden utilizarse para compras por internet.

"Se han convertido en estos últimos 15 años en un elemento indispensable de muchos españoles. Según datos del Banco de España, en 2002 las operaciones no llegaban al millón, mientras que en 2014 alcanzaron los 2,5 millones. El importe de estas transacciones ha pasado de 46.800 millones a más de 100.000 millones el último ejercicio. La tendencia es muy positiva, y con la llegada de nuevas tecnologías, los pagos electrónicos irán incrementando su uso en nuestro país", dice Ovidio Egido, director general de MasterCard España. A pesar del fuerte movimiento, nuestro país dista de la tendencia europea. Por ejemplo, el Gobierno de Dinamarca ha propuesto a los comercios que dejen de estar obligados a aceptar dinero en efectivo.

"Aun así, en tecnología contacless [pago sin contacto, como por ejemplo con móviles o acercando una tarjeta a una terminal], España es uno de los países más avanzados, con 600.000 terminales en puntos de venta", explica Egido. Uno de los cambios más significativos desde 2000, según destaca el presidente de MasterCard, es que "las tarjetas se están convirtiendo en un instrumento de educación financiera. Con las de prepago, los padres comienzan a transmitir a sus hijos el sentido de la responsabilidad a la hora de administrar su dinero".

De acuerdo con la compañía, el gasto mensual medio en tarjetas de crédito en 2014 fue de 295 euros, un 24,5% más sobre el año anterior, y de 227 euros en débito, un 13,5% más.

La seguridad es uno de los factores que más sigue preocupando a los clientes. Para dar solución a este tipo de inseguridades, se han desarrollado plataformas de pago que pretenden resguardar los datos bancarios del usuario. Como PayPal, el sistema más utilizado por los comercios en España, donde ya ha alcanzado cuatro millones de cuentas activas y procesa una media de 131.000 pagos al día.

Muchas personas han reemplazado la cesta o la bolsa de la compra por internet. Además de aprovechar las ofertas y disfrutar de la comodidad del servicio, valoran que se puedan adquirir productos inimaginables de otra forma, hasta ahora. ¿Sabe que puede comprar en grupo, con otras personas, y obtener por ello grandes descuentos? Así es. Y cada vez existen más opciones.

La fórmula es sencilla, muchas empresas aplican grandes descuentos si se reúne un número equis de peticiones. Entre las mas conocidas están LetsBonus, Groupon y Grupalia.

Luego está la subasta inversa. Aquí son las empresas quienes tienen la opción de pujar por ofrecer un producto a un determinado precio, y hacerse con una clientela concreta. Un ejemplo práctico, y además reciente, es el de la Organización Consumidores y Usuarios (OCU). Con la iniciativa Quiero pagar menos gasolina ha conseguido reunir a más de 200.000 consumidores, donde aspiran a obtener un ahorro de más de ocho céntimos por litro.

El marketplace es una forma de comprar y vender en internet y que ha tenido un fuerte impulso en los últimos años. Desde una casa, hasta un libro; todo es posible. Se trata de una especie de mercadillo, como definen algunos, o punto de encuentro para poner en contacto a compradores y vendedores en una plataforma. Hay distintos modelos, de empresa a empresa; de empresa a consumidor, y de consumidor a consumidor. A nivel internacional, una referencia son Ebay y Amazon.

En España, Fotocasa, Segundamano, InfoJobs, coches.net, milanuncios, mundoanuncios o ganga.es, entre otros. En la mayoría de las webs los anuncios son gratis. Todo esto describe la realidad del comercio de hoy. Puede que dentro de los próximos 15 años muchas cosas sean pura anécdota. El futuro aún está por llegar.