Los exoesqueletos, robots que la persona se pone sobre las piernas o sobre los brazos, podrán utilizarse como "alternativa" a la silla de ruedas "a medio plazo, en cinco años", según el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, José Luis Pons.

Pons ha participado este miércoles en los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) para hablar de los exoesqueletos en la movilidad asistida, dentro del curso de verano 'Summer School on advanced assistive technology for complex communication needs'.

El investigador ha explicado que un exoesqueleto es un robot que la persona se pone sobre las piernas o sobre los brazos "para que pueda movilizárselos en caso de que no tenga la capacidad de hacerlo por sí misma". En este sentido, ha señalado que puede ayudar a caminar o a hacer movimientos a personas con diferentes lesiones.

Pons ha explicado que esta tecnología puede aplicarse a "muchas enfermedades que dificultan la movilidad del paciente" y ha apuntado que "se está estudiando el uso de estos exoesqueletos con personas que han tenido un ictus o una lesión medular". En este último caso, "si no tenemos un método alternativo, estas personas están confinadas a estar en una silla de ruedas", ha explicado.

El investigador ha puntualizado que las articulaciones del robot corresponden con las del cuerpo humano y se sujetan al mismo mediante soportes con velcros adaptándose a la talla, peso, dimensiones y morfología de cada uno.

El robot interactúa con el cuerpo del paciente mediante unos sensores que permiten medir el movimiento residual de la persona y otros sensores que miden la actividad bioeléctrica. En cuanto a su precio, ha indicado que actualmente "es elevado", ya que asciende a unos 150.000 euros, pero ha augurado que cuando estos dispositivos "se abaraten, podrán utilizarse como dispositivos de ayuda personal". "Es lo mismo que ha pasado con cualquier dispositivo que ahora es de uso habitual, como un marcapasos", ha indicado.

Por ello ha previsto que, "a corto plazo", estos exoesqueletos empiecen a implantarse como dispositivos de rehabilitación en hospitales, para que a continuación pasen a ser "dispositivos de asistencia personal que constituyan una alternativa a una silla de ruedas", en unos "cinco años".