Las apuestas por Internet casi se duplican en un año

En 2006 nos jugamos 431 millones de €, más que el presupuesto de ese año del Ayuntamiento de Vitoria. El Senado insta a regular las apuestas en la Red.
Basta con un simple clic en el ratón. Los españoles nos jugamos el año pasado 431 millones de 1 en apuestas on line (más que el presupuesto del Ayuntamiento de Vitoria), casi el doble que en 2005 (255 millones), según datos de la Asociación Española de Apostadores por Internet (Aedapi), que agrupa a 13 casas de apuestas que operan en nuestro país.De este dinero, el Gobierno no ve ni un duro, ya que «el 100% de estas empresas tienen licencia en el Reino Unido, Malta o Austria, donde sí pagan sus impuestos», señala Juan Barrachina, presidente de Aedapi.

El Senado ha instado al Gobierno a que regule el juego por Internet. «Es necesario tener una legislación que proteja a los usuarios y que permita recaudar impuestos por esta actividad, ya que estas empresas operan en España en una especie de paraíso fiscal, lo que supone una competencia desleal con los impuestos que sí se pagan cuando se echa una quiniela», señala a 20 minutos María José Navarro, senadora socialista.

Barrachina también pide una ley nacional, «de manera urgente, que fomente la libre competencia y que demuestre la transparencia de las casas de apuestas».

100.000 jugadores al mes

En España hay casi 100.000 personas que «apuestan varias veces al mes», según datos de Aedapi y que se juegan unos 400 euros al mes. En total, hay 550.000 españoles registrados, es decir, que han jugado alguna vez. A pesar de la pujanza de las timbas virtuales, los juegos tradicionales (Primitiva, Quiniela, Bonoloto) siguen teniendo tirón. En 2006 nos gastamos 9.646 millones de euros, un 4% más que el año anterior.

«Un perfil económico alto»

Los ludópatas que juegan en Internet son personas que se encuentran solas y que utilizan la Red como un refugio, según explica a 20 minutos el profesor en Psicología por la Universidad del País Vasco Elisardo Bocoña. «La diferencia entre los adictos a las tragaperras y a los juegos on line es que los segundos tienen un nivel socioeconómico más alto. Estos ludópatas tienen que disponer de un ordenador, de conexión a Internet y de una tarjeta de crédito para apostar», afirma Bocoña.

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