Vuelve a casa voluntariamente la joven desaparecida en Castelldefels a principios de mayo

  • Apareció el sábado pasado después de más de un mes desaparecida.
  • Volvió a casa cuando supo que la estaban buscando.
  • Está más delgada pero bien de salud.
La adolescente que desapareció el pasado 11 de mayo de su vivienda familiar de Castelldefels (Barcelona)
volvió a su domicilio el pasado sábado 16 de junio.

Según han informado fuentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), la menor reapareció cuando supo que se la estaba buscando.

La joven está bien de salud y no ha denunciado ningún secuestro o mal trato, por lo que la Policía da por cerrada la investigación.

Más delgada pero bien de salud

Una amiga de la familia, Dolores González, explicó hoy a Europa Press que la joven volvió el pasado sábado

acompañada de un joven al que conocía. La chica, de 16 años, está "más delgada", pero en principio presenta un buen estado de salud.

Sin embargo, la familia todavía no ha podido hablar mucho con ella, ya que "no para de llorar", según González, por lo que no se saben demasiados detalles sobre su desaparición y vuelta a casa.

El caso se destapó a finales de mayo, cuando la madre de la joven, María Vicoy, de nacionalidad rumana, explicó a Europa Press que la última persona que vio a la joven Támara fue su hermana mayor, a la que Támara le dijo que salía un "momentito", dejando incluso el teléfono móvil en el comedor de la casa.

Pensaban que era un secuestro

Vicoy se mostró convencida de que la desaparición

no fue voluntaria, porque "si Támara se hubiera querido ir de casa hubiera cogido algo". "Todo mi dinero esta en la habitación y no faltaba ni un céntimo" explicó la madre de la joven.

Sin embargo, Vicoy admitió que "últimamente" su hija "chateaba mucho" y cree que ahí podría estar la clave de su desaparición. La madre se mostró convencida de que se habían llevado a su hija "a la fuerza" y aseguró que su hija es muy "influenciable".

Una semana después de su desaparición, Támara realizó una llamada a su madre en la que le pidió "que no la buscara ni llamara a la Policía". En esa misma llamada de teléfono, un joven también le dijo a la madre que "dejara en paz a su hija". María explicó que notó "muy rara" a su hija, como si estuviera "drogada".

La Policía investigó a una de las personas que había conocido su hija por Internet, un joven de Madrid con el que mantenía una relación. El joven pronto quedó exculpado, pero les proporcionó otra pista "muy buena" sobre un chico rumano de Arganda del Rey (Madrid) con el que Támara podría haberse relacionado en las semanas previas a su desaparición.

González denunció entonces que la Policía no estaba haciendo "todo lo posible" en este caso y les acusó de no seguir la pista del joven de Arganda hasta el límite de sus posibilidades. Según Dolores González, se limitaron a llamar al móvil del chico, pero como éste se negaba a hablar la investigación estaba parada.

González aseguró que la familia no sabía "qué más hacer" y lamentó que la Policía hubiese llegado a la conclusión de que la desaparición era voluntaria "basándose en suposiciones", cuando, en su opinión, cada día que pasaba la chica estaba "más en peligro".

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