Cifuentes logra la Presidencia de la Comunidad de Madrid y encabeza el cambio en el PP

  • Fue investida este miércoles gracias al pacto alcanzado con Ciudadanos en materia de lucha contra la corrupción, economía y servicios públicos.
  • La exdelegada del Gobierno, republicana y defensora del matrimonio homosexual, se convierte en la principal baronesa regional que le queda a Rajoy.
  • "Se abre un tiempo nuevo. Hay cosas que no se hicieron bien".
Cristina Cifuentes, junto a su madre antes ser investida presidenta regional por el pleno de la Asamblea de Madrid
Cristina Cifuentes, junto a su madre antes ser investida presidenta regional por el pleno de la Asamblea de Madrid
Emilio Naranjo / EFE
Cristina Cifuentes, junto a su madre antes ser investida presidenta regional por el pleno de la Asamblea de Madrid

Cristina Cifuentes (Madrid, 1964) ya es la principal baronesa regional del Partido Popular. La aspirante fue elegida este miércoles como nueva presidenta de la Comunidad de Madrid gracias al apoyo de Ciudadanos, que ha tenido en cuenta su disposición a los pactos y su compromiso con la "regeneración democrática". "Quiero hacer una reivindicación expresa de la ética de la política. Los ciudadanos esperan mucho y otra cosa de nosotros", proclamaba minutos antes de la votación.

Cifuentes ha emergido del banquillo de Génova 13 como una renovadora. Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría la eligieron para el puesto de delegada del Gobierno en la capital por su capacidad de diálogo. Al mismo tiempo, se aseguraron un relevo ante la más que probable caída del 'aguirrismo', que se consumó tras las elecciones municipales del pasado 24 de mayo.

"Es fiel al partido, aunque no sumisa, inteligente y se lleva bien con la oposición. Sus creencias no gustan al ala más conservadora, pero esos mismos tienen que darse cuenta de que el partido necesita actualizarse para seguir siendo una opción mayoritaria entre los españoles", afirma un diputado nacional del PP.

Sus valores le han traído más de un problema. Cifuentes es republicana, apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo y es partidaria de que las mujeres que quieran abortar tengan el respaldo de una ley de plazos. En el XVII Congreso Nacional del Partido Popular, celebrado en febrero de 2012, propuso que la formación dejase de considerarse "cristiana", a fin de que las creencias personales no interfiriesen en la militancia política. Ángel Garrido, número dos de su lista electoral, le acompañó en aquel proyecto, que les supuso a ambos un "linchamiento" a nivel interno.

La oposición recela

Colaboradores y rivales insisten en que la nueva presidenta representa un "cambio de formas" significativo. "Aunque hubiera tenido mayoría absoluta, habría planteado pactos a la oposición. El rodillo se ha acabado. Los votantes quieren cambios y ella es de otra generación", asegura un miembro de su equipo. "Las formas, por lo menos, van a cambiar. Es el PP, pero es otro PP. Ahora bien, no estoy convencido de que la dejen limpiar todo lo que quiere", concede un exdiputado socialista que compartió hemiciclo con Cifuentes.

La oposición, en cambio no está convencida de que el aire fresco haya llegado a la Asamblea. José Manuel López, portavoz de Podemos, denunció que cualquier acuerdo con el PP se asentará "sobre las cenizas del Estado del Bienestar" tras los recortes en Educación y en Sanidad. "Nos cuesta pactar con un gobierno que está soportando una región de corrupción, sistema clientelar y capitalismo de amiguetes", recalcó.

Ángel Gabilondo (PSOE), prometió confrontar de manera "leal", pero se negó a apoyar la investidura: "Tenemos un concepto de la economía no sostenido solo por la rentabilidad y el beneficio [...] Es un modelo que no compartimos y que ahonda en la desigualdad. El exministro de Educación también acusó a Ciudadanos de ser "colaborador necesario" para que el PP continúa en el Ejecutivo.

Ignacio Aguado, que prestó los 17 votos de sus diputados para que Cifuentes alcanzase los 65 de la mayoría absoluta, se mostró precavido: "Hoy apoyamos este acuerdo puntual; mañana estaremos en la oposición apoyando propuestas convenientes vengan de donde vengan". A continuación, el portavoz del partido naranja invitó a Cifuentes a ponerse a trabajar para demostrar que quiere "romper con el pasado" de recortes y causas judiciales que ha acompañado al PP de Esperanza Aguirre e Ignacio González, ambos, presentes en la sesión de investidura.

La candidata contestó a cada uno de forma individual, pero su mensaje final fue para todos los partidos: "La tarea que tenemos por delante es de tal magnitud, las dificultades son tan grandes y la necesidad de resolverlas es tan inmediata, que por mi parte pretencioso creer que una puede hacerlo todo. Necesito sus aportaciones".

Congreso tras el 20-N

El paso al frente de Cristina Cifuentes se completará después de las elecciones generales del 20 de noviembre, una vez que el PP convoque los congresos regionales. Esperanza Aguirre solicitó a la dirección nacional la apertura de un congreso extraordinario antes de los comicios para "refundar" el PP de Madrid, pero esta se negó. La 'lideresa', que mantiene el cargo de presidenta de la formación, anunció que no se presentaría a la reelección. Cifuentes es el as en la manga de Mariano Rajoy para suceder a Aguirre y controlar una federación que siempre se ha resistido y en la que nunca tuvo valor para imponer una gestora.

Con María Dolores de Cospedal fuera de la Junta de Castilla-La Mancha y Luisa Fernanda Rudi apeada del Gobierno de Aragón, la presidenta de la Comunidad se erige como la principal baronesa regional de su partido. Solo Juan Vicente Herrera (Castilla y León) y Alberto Núñez Feijóo (Galicia) mantienen su poder, pero ninguno puede enarbolar como Cifuentes la bandera del cambio en el PP.

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