Tribunales.- Condenan a dos años de prisión a una cartera por tirar a la basura la correspondencia

La Audiencia de Málaga ha condenado a dos años de cárcel a una cartera por tirar a la basura más de 200 sobres de correspondencia, tanto oficial como particular, que tenía que repartir en la localidad malagueña de Riogordo. Además, se le impone una multa de 3.300 euros y la inhabilitación para empleo o cargo público durante tres años.

La Audiencia de Málaga ha condenado a dos años de cárcel a una cartera por tirar a la basura más de 200 sobres de correspondencia, tanto oficial como particular, que tenía que repartir en la localidad malagueña de Riogordo. Además, se le impone una multa de 3.300 euros y la inhabilitación para empleo o cargo público durante tres años.

No obstante, se acuerda la suspensión de la pena de prisión impuesta por tiempo de tres años. Esta sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, se dicta después del veredicto emitido por un jurado popular en el que consideró a la acusada culpable de un delito de infidelidad en la custodia de documentos.

La acusada fue contratada como personal laboral e interina el día 11 de marzo de 2013 para sustituir a un empleado titular de Correos en sus funciones de admisión y entrega de la correspondencia, aunque, según señala la sentencia, no cumplió con la función de custodia que asumía.

Así, se declara probado que una vez recibió las cartas en la valija, "lejos de proceder al reparto de la totalidad de las cartas recibidas", ese mismo día o al siguiente, las metió en una bolsa y las dejó en un contenedor de basura ubicado en una carretera a la salida de la localidad.

Eran en total 241 sobres, 220 particulares y 21 oficiales, donde había, entre otros, seis de la Junta de Andalucía, dos del Ministerio de Educación, tres de la Seguridad Social, uno del Instituto de la Marina, cinco del Ayuntamiento de Riogordo, dos del Juzgado de Paz, y uno de la Intervención de Armas de la Guardia Civil.

La correspondencia fue encontrada al día siguiente por un empleado de la Mancomunidad de Municipios de la Axarquía, quien la entregó a la Guardia Civil. Los jurados no consideraron probado que la acusada entregara algunas cartas y dejara las restantes en la oficina, pero que en ningún momento las tiró.

Para el magistrado, hay "una contundente y decidida prueba" contra la procesada, aunque sea indiciaria y no directa, ya que "es cierto que nadie la vio físicamente depositar en el contenedor" esa bolsa. Los jurados señalaron que no habían encontrado una razón o explicación de por qué las cartas estaban en el contenedor.

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