Algunos ejercicios

Sentado: Mantén el respaldo de la silla recto, apoya las vértebras lumbares, respetando la curva natural de la espalda. Levántate para que la circulación de las piernas se reactive. Puedes estirarte con un ejercicio tan simple como levantar los brazos por encima de la cabeza con los dedos entrecruzados o dobla el tronco hacia adelante con los brazos estirados. Si no eres muy flexible, dobla un poco las rodillas y no te incorpores de golpe.

De pie: Mantenernos de pie durante mucho tiempo hace que nuestra circulación sanguínea se abotargue. Si no te puedes mover de tu sitio, quédate de vez en cuando a la pata coja, primero con una pierna y luego con la otra. Para no perder el equilibrio puedes sujetarte en una mesa o en la pared. También puedes caminar sin moverte del sitio, levantando primero un talón y después el otro, o balancearte con los pies ligeramente juntos, haciendo un movimiento talón-punta.

Ante el ordenador: Para evitar la tensión que sufren las muñecas con el tecleo constante coloca una alfombrilla ergonómica para el ratón y cada hora realiza este ejercicio: relaja las manos, como si se quedaran muertas y agítalas suavemente a un lado y a otro.

También puedes colocar las manos como si fueras a teclear y girarlas mostrando las palmas. Para evitar problemas oculares, como el enrojecimiento, mira fijamente a una marca imaginaria situada a unos 50 cm de distancia y después a un punto lejano, durante diez o quince segundos.