Condenados a 17,5 años y 16,5 los acusados de matar a un hombre en Alaró en junio de 2013

La magistrada-presidenta del Tribunal del Jurado de la Audiencia de Baleares ha dictado una sentencia condenatoria para Andreu C.T. y Francisco A.R., los dos acusados de haber matado al padre de uno de ellos en Alaró (Mallorca) en junio de 2013.

La magistrada-presidenta del Tribunal del Jurado de la Audiencia de Baleares ha dictado una sentencia condenatoria para Andreu C.T. y Francisco A.R., los dos acusados de haber matado al padre de uno de ellos en Alaró (Mallorca) en junio de 2013.

La sentencia les considera autores responsables de un delito de asesinato, con la agravante de parentesco en el caso de A.C.T., hijo de la víctima. Según la sentencia, la pena para A.C.T. es de 17,5 años de prisión y para F.A.R. de 16,5 años. Además, el fallo incluye la prohibición de acercarse a la hermana del fallecido a menos de 500 metros durante 25 y 24 años, respectivamente.

Ambos condenados deberán indemnizar a la hermana del fallecido en la cantidad de 90.000 euros. También A.C.T. se declara incapaz por indignidad de suceder a su padre fallecido.

El Tribunal del Jurado emitió el pasado lunes un veredicto de culpabilidad para los acusados, que confesaron la autoría de los hechos durante el juicio. El Jurado les consideró culpables de un delito de asesinato con alevosía con la agravante de parentesco en el caso de A.C.T., el hijo de la víctima.

Esta sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Baleares.

Cabe recordar que los hechos ocurrieron en la casa de Alaró de la víctima y según las investigaciones intentaron acabar con su vida sin éxito un día antes del asesinato, cuando lo adormilaron con somníferos ocultos en una pieza de bollería.

En esa ocasión, una vez que la víctima se había acostado para dormir, uno de los chicos le golpeó en la cabeza con un palo mientras el otro alumbraba con una linterna. El hombre braceó y los jóvenes huyeron de la habitación.

La noche siguiente, lo golpearon con un palo al que previamente habían colocado clavos de diez centímetros y lo persiguieron por toda la vivienda atacándole con otros objetos, como un jarrón, un martillo y un altavoz de gran tamaño.

El cuerpo del fallecido, que fue hallado en el interior del maletero de un Land Rover blanco en una finca en Bunyola, presentaba 19 lesiones craneales, una hemorragia cerebral masiva y varias fracturas, además de heridas en el tronco y extremidades.

Los acusados fueron detenidos después del funeral, celebrado en Alaró, y separados en distintos cuarteles. Después de que la Policía Judicial encontrara restos de sangre en teléfonos y paredes de la casa, finalmente confesaron ser autores del crimen.

Francisco A., de Zaragoza, se encontraba pasando unos días en la isla y durante los interrogatorios sostuvo que participó en el crimen por estar enamorado de su amigo.

La representación legal de la hermana de la víctima ya consiguió en 2013 que un juzgado de primera instancia de Palma impidiera al asesino confeso solicitar de momento su legado. La ley marca que un heredero será declarado indigno de recibir un legado en caso de que haya cometido un delito doloso contra el autor del testamento, pero no basta con la confesión, sino que es necesaria una sentencia firme penal.

Andreu C. era el heredero único del empresario, quien dos semanas antes del crimen había modificado su testamento para desheredar a sus otros dos hijos por desavenencias familiares.

No obstante, según la confesión y los mensajes interceptados por los investigadores, el dinero no fue el móvil fundamental del crimen. Aunque sí habían hablado de qué pasaría con la herencia, Andreu aseguró que había matado a su padre por el trato humillante que éste le daba.

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