Felipe IV ha devuelto el optimismo a la casa real. Un año después de su proclamación, que se produjo el 19 de junio de 2014, la monarquía recupera apoyos entre los españoles, aunque aún no llega al aprobado.

El nuevo rey ha logrado elevar la puntuación de la casa real del 3,72 que alcanzó su padre en la última consulta al 4,34, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de mayo, el primero con él al frente de la Jefatura del Estado.

La llegada de Felipe VI y Letizia ha supuesto un bálsamo para una institución que acumulaba noticias negativas.

Don Juan Carlos y doña Sofía comenzaron su reinado en 1975, a la muerte de Francisco Franco y tras un proceso tutelado por el propio dictador. Juntos protagonizaron la Transición e hicieron frente al golpe de estado del 23-F. Como reyes democráticos, mantuvieron su valoración por encima del 6,5 durante los años 90. En 1995 obtuvieron su mejor nota: 7,48.

La confianza de los españoles se desplomó con el cambio de siglo, cayendo del 6,86 registrado en 1998 al 5,19 de 2006. Su primer suspenso coincidió con la peor situación social de la España moderna: el 26 de octubre de 2011, en plena crisis económica, la pareja solo recibió un 4,89. Doce días más tarde, la Fiscalía Anticorrupción registraba la sede del Instituto Nóos, presidido por Iñaki Urdangarín, yerno del rey y marido de la infanta Cristina. "Todos somos iguales ante la ley", advertía don Juan Carlos en su mensaje de Pascua ese mismo año, cuando Urdangarín ya estaba imputado en el caso por delitos de corrupción.

El CIS evitó preguntar por la Corona hasta abril de 2013. No lo hizo a pesar de que el rey se había visto obligado a pedir perdón en abril de 2012 tras romperse la cadera durante una cacería de elefantes en la república africana de Botsuana. Su nieto mayor, Felipe Juan Froilán, hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, se había disparado en un pie con una escopeta poco antes, mientras hacía prácticas de tiro pese a tener solo 13 años. El resultado fue que la los españoles suspendieron a la familia con un 3,68, la peor nota de su historia. La encuesta se hizo justo después de la imputación de la infanta Cristina en el 'caso Nóos'.

El mutismo del CIS volvió a repetirse. Se prolongó hasta abril de 2014, cuando la nota apenas varió: de nuevo, suspenso, con un 3,72.

Felipe VI ascendió al trono en plena crisis de identidad de la institución. Juan Carlos I, agotado y cercado por los escándalos de su familia, anunció su abdicación el 2 de junio. El día 19, su hijo tomaba el relevo. Su paseo junto a la reina Letizia por las calles de Madrid se produjo entre avenidas a medio llenar y turistas asombrados por el despliegue institucional.

"Encarno una monarquía renovada para un tiempo nuevo", advirtió en su discurso en las Cortes. Los cambios han pasado por una mayor transparencia en cuanto a su agenda y sus gastos (aunque los costes imputables a la monarquía y el patrimonio de los reyes siguen sin conocerse), un código de buenas prácticas, una reducción presupuestaria y la retirada del Ducado de Palma a su hermana Cristina debido a su imputación judicial.

Esta respuesta ha elevado la popularidad de la monarquía hasta el 4,34. La encuesta de Sigma 2 para el diario El Mundo publicada el lunes arrojaba un respaldo del 61,5%, por encima del 49,9% que existía antes de la abdicación. La figura personal de Juan Carlos I tocó suelo en enero de 2014 con un 41,3% de los apoyos. Felipe VI los ha elevado hasta el 74,7%.

A pesar de todo, el 'caso Nóos' sigue vigente y los partidos de izquierdas, especialmente IU y Podemos siguen cuestionando la figura del monarca y la ausencia de un refrendo popular ganado en las urnas. Los problemas de su hermana con la Justicia y el auge de los nuevos partidos emergentes son los retos a medio plazo de su reinado.