Un año de cárcel para un cuidador por abuso sexual a un interno con discapacidad mental severa

El Juzgado de lo Penal nº 4 de Santander ha condenado a un año de cárcel, por un delito de abuso sexual, a un cuidador de la Fundación Asilo de Torrelavega que masturbó a un interno del centro con discapacidad mental severa.

El Juzgado de lo Penal nº 4 de Santander ha condenado a un año de cárcel, por un delito de abuso sexual, a un cuidador de la Fundación Asilo de Torrelavega que masturbó a un interno del centro con discapacidad mental severa.

La condena, en la que se le ha aplicado la atenuante de dilaciones indebidas en su grado máximo por tratarse de hechos ocurridos en 2010, le prohíbe ejercer como cuidador asistencial también durante un año y le importe una indemnización de 3.000 euros, de la que es responsable civil subsidiario la Fundación Asilo.

Según consta en la sentencia, recogida por Europa Press, el cuidador realizó una felación a la víctima, primero con la boca y luego con la mano, hasta que fue sorprendido por una compañera de trabajo.

El acusado negó los hechos y manifestó que "tan sólo se encontraba arreglando la ropa de la víctima", ya que había salido del servicio con los calzoncillos por encima de la ropa y el pantalón medio bajado, y que para ello, se puso de cuclillas, le desabrochó el pantalón, se lo bajó y le colocó bien el calzoncillo.

En la sentencia, la magistrada destaca la "persistencia y firmeza" del testimonio de la compañera de trabajo -coordinadora del centro- que presenció la felación, y descarta que actuara movida por resentimiento, enfrentamiento o venganza.

La defensa trató de probar que existía una mala relación entre ambos y que ella quería que le trasladaran, pero varios testigos coincidieron al declarar en el juicio que su relación era buena y que ella no obtendría "ningún beneficio o ventaja en el supuesto de que al acusado se le despidiera".

La pena de cárcel se ha rebajado por dilaciones indebidas que han demorado en exceso el proceso "por causas no imputables al acusado". Y es que aunque los hechos ocurrieron en junio de 2010, hasta febrero de 2013 no se recibieron las actuaciones del juzgado de instrucción para su enjuiciamiento por el juzgado de lo Penal nº1 de Santander, y después la Audiencia Provincial las declaró nulas, volviéndose a remitir al juzgado que ha dictado ahora sentencia.

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