Philae, tras su 'despertar': los diez experimentos en marcha para descifrar el cometa 67P

Imagen generada por ordenador de la sonda espacial Rosetta y su módulo de aterrizaje Philae, durante el acercamiento al cometa 67P.
Imagen generada por ordenador de la sonda espacial Rosetta y su módulo de aterrizaje Philae, durante el acercamiento al cometa 67P.
ESA
Imagen generada por ordenador de la sonda espacial Rosetta y su módulo de aterrizaje Philae, durante el acercamiento al cometa 67P.

Siete meses después de posarse en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, el módulo de aterrizaje de la sonda Rosetta, Philae, volvió a 'despertar', y con él todos los proyectos que la ESA pretende poner en marcha tras haber conseguido un hito en la exploración espacial: recorrer 6.400 millones de kilómetros para conocer, de primera mano, cómo es un cometa y qué componentes lo conforman.

"Es el comienzo de la revolución de la ciencia cometaria", valoraba el pasado mes de enero Rafael Rodrigo, investigador del CSIC en el Centro de Astrobiología (CAB). En esa revolución ya se dieron los primeros pasos antes de que Philae entrara en una fase de hibernación en noviembre, con el envío de valiosos datos e imágenes. Philae se comunica a través de Rosetta y las señales que envían llegan a la Tierra 28 minutos después, porque viajan a la velocidad de la luz y las naves se encuentran a una distancia de 511 millones de kilómetros.

¿Qué se ha descubierto desde entonces? Para empezar, Philae reveló que la superficie era más dura de lo que se pensaba y que contiene moléculas orgánicas, mientras que la sonda Rosetta detectó que el cometa emitía vapor de agua. Los datos transmitidos por Rosetta también vinieron a contradecir una creencia científica sobre las fuerzas magnéticas de los cometas, al descubrir que 67P no tiene campo magnético propio.

Otra revelación sobre el cometa 67P es que se trata de un cuerpo la mitad de denso que el agua y que, por su tamaño, debe de estar vacío en un 80%, aunque según los científicos "hay que ver si ese vacío se debe a poros de escala micrométrica o si contiene grandes huecos", dijo hace unos meses Luisa M. Lara, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA).

Diez experimentos en marcha

A partir de ahora, Philae (y Rosetta) continúan desarrollando los proyectos empezados hace meses, mientras 67P sigue su trayectoria hacia el Sol. Estos son los instrumentos que Philae utilizará para llevar a cabo los experimentos que había iniciado:

  • MUPUS. Son sensores diseñados para estudiar la densidad y las propiedades térmicas y mecánicas de la superficie del cometa. Fue una herramienta ya utilizada por Philae sobre el cometa, pero tal y como explicó Tilman Spohn, del Centro Aeroespacial Alemán (DLR), podrá ser utilizada de nuevo para "examinar la capa en la que se encuentra la sonda, y observar cómo se desarrolla el cometa a medida que avanza hacia el Sol".
  • CIVA. Consiste en un sistema de seis microcámaras que toman imágenes panorámicas y que fueron ya utilizadas para analizar el lugar de aterrizaje. Además, cuenta con un espectómetro que estudia la composición y textura de las muestras que recabe el taladro SD2.
  • Taladro SD2. Se trata de un mecanismo de perforación para adquirir muestras de una profundidad de hasta 30 centímetros. Es uno de los experimentos más ambiciosos de esta misión, ya que consiste en tratar de perforar el cometa para examinar su composición química. Hubo un intento fallido de perforación antes de que Philae hibernara, lo que evidenció que 67P tenía una superficie más dura de lo que los investigadores pensaban (los experimentos MUPUS y SESAME también vinieron a corroborarlo).
  • Espectómetro APXS. La puesta en marcha de este experimento ya comenzó en noviembre, antes de que Philae se apagara, y continuará a partir de ahora. Este instrumento seguirá detectando partículas alfa y rayos-X, para recoger información y analizar la composición elemental de material que se encuentra directamente sobre la superficie.
  • ROMAP. Es el instrumento que ha permitido a Philae medir la intensidad del campo magnético y revelar, por ejemplo, que estas fuerzas magnéticas no juegan un papel dominante en el cometa 67P.
  • CONSERT. Este experimento utiliza ondas de radio mediante las cuales Philae interactúa con Rosetta para, entre los dos, crear un perfil tridimensional del núcleo. Fue uno de los experimentos ya realizados antes de que Philae entrar en hibernación, y no se descarta que continúe.
  • COSAC. Herramienta empleada para identificar la composición elemental, isotópica y química de los componentes congelados en la superficie de 67P y hasta una profundidad de unos 30 centímetros. Este instrumento analiza los componentes orgánicos más complejos que se puedan encontrar.
  • PTOLEMY (PTOLOMEO en español). Es un espectrómetro de masas que sirve para determinar la naturaleza y composición de los gases en la superficie.
  • ROLIS. Se trata de una cámara de alta resolución que ya facilitó imágenes del descenso de Philae al cometa y que sigue obteniendo panorámicas estereoscópicas desde la superficie de 67P.
  • SESAME. Este experimento está dotado de tres instrumentos (CASSE, DIM y PP) para la medición eléctrica y sonora de la superficie del cometa. SESAME-CASSE, por ejemplo, ya logró captar el sonido de Philae aterrizando, así como el de una 'canción' misteriosa que el cometa está cantando en el espacio.

Tras un primer contacto de Philae con Rosetta este pasado fin de semana, los científicos están a la espera de futuras conexiones, ya que hay más de 8.000 paquetes de datos en la memoria del robot esperando para ser transmitidos a la Tierra, y que aportarán información de interés sobre qué le pasó a este módulo de aterrizaje en los últimos días sobre el cometa 67P.

La importancia de los descubrimientos para la Tierra

Tal y como explican desde la ESA, los cometas son los objetos más primitivos del Sistema Solar, de ahí que contengan información esencial sobre el origen del Universo. La composición química de los cometas se ha mantenido prácticamente inalterada desde su formación, por lo que reflejan la composición de nuestro Sistema Solar cuando aún era muy joven y todavía no estaba 'terminado', hace más de 4600 millones de años.

Por este motivo, la misión de Rosetta es también averiguar si los cometas pudieron haber traído el agua y la vida a la Tierra a través de numerosos impactos a lo largo de la formación de nuestro planeta.

Esta es la forma que presenta el cometa 67P, sobre el que está trabajando Philae:

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