Heiner Müller reflejó sus preocupaciones políticas en Hamlet Machine, una obsesión permanente para el escritor alemán que ha recuperado la compañía Ícaro Teatre de Barcelona. Hamlet y Ofelia sirven como excusa para hablar de su mayor temor: el capitalismo. Éste fue su grito de socorro, un aviso de rebelión, fracaso, esperanza, decandencia... Él mismo fue testigo del auge y fin del nazismo, de la fractura en dos de su tierra, de la caída de la utopía comunista. Quizá en Berlín, quizá no, los no personajes transmiten una angustia de autodestrucción.
«Müller trabajaba mucho con formas del surrealismo, con la fragmentación de los textos. Nosotros lo hemos envuelto para que deje de ser un panfleto», explica su director, Iñaki Garz.
* El Canto de la Cabra. San Gregorio, 8. A las 21.00 horas. 9 euros.
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