El bloqueo político y la amenaza terrorista disparan la violencia en Egipto y hacen peligrar el turismo

  • El analista político Hasán Nafaa considera que la violencia del país es el resultado de la exclusión política como consecuencia de una transición incompleta.
  • Ha añadido, además, que cualquier lugar es susceptible de ser blanco de los grupos terorristas, si con ello creen avanzar hacia su objetivo.
  • Grupos armados como Wilayat Sinaa, que el pasado noviembre juró lealtad a Estado Islámico, y Achnad Misr han intensificado sus acciones violentas.
  • Atentado con bomba en un aparcamiento próximo al turístico templo de Luxor.
El bloqueo político y la amenaza terrorista disparan la violencia en Egipto y hacen peligrar el turismo.
El bloqueo político y la amenaza terrorista disparan la violencia en Egipto y hacen peligrar el turismo.
RADWAN ABU ALMAJID / EFE
El bloqueo político y la amenaza terrorista disparan la violencia en Egipto y hacen peligrar el turismo.

La violencia armada en Egipto ha crecido y se ha diversificado desde la destitución del expresidente islamista Mohamed Mursi, en julio de 2013, ante una cada vez mayor represión policial contra las tendencias islamistas y el continuo bloqueo de la vía política.

El último atentado registrado en el país, perpetrado este miércoles cerca del templo faraónico de Karnak, en Luxor, se saldó con la muerte de dos supuestos terroristas.

Aunque hasta el momento apenas se han registrado ataques contra lugares turísticos, el exvicejefe de los servicios secretos egipcios, general Fuad Alam, indicó que cualquier lugar es susceptible de ser blanco de los grupos terroristas, si con ello creen avanzar hacia la consecución de su objetivo: "la desestabilización del Estado".

Para el analista político Hasán Nafaa, la escalada de violencia que vive el país es el resultado de la polarización y la exclusión política, como consecuencia de una transición incompleta.

En declaraciones, Nafaa indicó que la violencia es consecuencia de un círculo vicioso nacido del enfrentamiento entre una parte de los grupos islamistas que pretenden "desgastar" al régimen y el sistema político, que intenta "erradicar" a la corriente islamista.

Asimismo, el analista George Fahmy, del centro de estudios Carnegie de Oriente Medio, en Beirut, dijo que la solución del terrorismo pasa tanto por la aplicación de medidas de seguridad contra los grupos yihadistas como por la introducción de medidas que amplíen la participación política y el desarrollo económico y social.

Fahmy considera que una estrategia en este sentido impediría que más personas se unieran a las organizaciones terroristas recientemente nacidas en el país.

La decisión en 2013 del entonces ministro de Defensa y actual presidente Abdelfatah al Sisi de encabezar un golpe militar para destituir a Mursi, en el contexto de protestas multitudinarias que pedían su dimisión, empujó a un número de opositores a optar por la acción armada para lograr sus objetivos políticos.

Wilayat Sinaa y Achnad Misr, los dos grupos terroristas que amenazan Egipto

Asimismo, grupos armados y terroristas que ya existían decidieron cambiar de estrategia e intensificar sus acciones violentas contra las fuerzas del orden, como fue el caso del grupo Wilayat Sinaa, creado en 2011 con la idea de lanzar ataques contra Israel.

Wilayat Sinaa, que el pasado noviembre juró lealtad al grupo yihadista Estado Islámico, asegura en sus comunicados que su lucha contra las fuerzas egipcias es en venganza por la represión de los seguidores del exmandatario islamista y para establecer un Estado basado en la "sharia" (ley de Dios).

El grupo, que ha lanzado operaciones y atentados muy bien planificados, es hasta la fecha el único que ha recurrido en Egipto a los ataques suicidas y con coches bomba. Desde su nacimiento ha reivindicado varios atentados, entre ellos el intento de asesinato del exministro de Interior Mohamed Ibrahim, en septiembre de 2013.

Sin embargo, el principal objetivo del grupo, que dispone incluso de misiles tierra-aire FIM-92 Stinger, han sido los soldados desplegados en el norte del Sinaí, su base tradicional, y donde reivindicó el ataque que en octubre de 2014 causó la muerte a más de 30 militares. A diferencia del Estado Islámico, la filial egipcia no tiene habitualmente entre sus blancos a la población civil.

El otro gran grupo que opera en Egipto es Achnad Misr (Soldados de Egipto), cuya creación fue anunciada seis meses después de la destitución de Mursi y que tiene una ideología basada en una interpretación radical del Corán.

La lucha contra el Estado egipcio es el "deber religioso más importante después de la fe", dijo el líder del grupo, Hamam Mohamed Atiya, en una entrevista con sus simpatizantes vía internet, antes de ser asesinado el pasado abril por la policía. La organización, ubicada en El Cairo, ha llevado a cabo ataques selectivos con cargas explosivas y disparos contra agentes de la Policía.

Según su ideario, la democracia es "una herramienta para imponer los deseos del hombre en lugar de los dictámenes de Dios".

"Única estructura, división de tareas"

El analista Nafaa no descarta que todos estos grupos yihadistas formen parte de una única estructura y que únicamente hayan "dividido sus tareas", ni tampoco que todos ellos mantengan vínculos con grupos excluidos de la escena política, como los Hermanos Musulmanes, declarado grupo terrorista por las autoridades.

No obstante, una de las organizaciones más recientemente creadas, como Al Iqab al Zauri (el castigo revolucionario), que nació en enero pasado, no mantiene un discurso islamista, sino que da más la impresión de ser una organización radical izquierdista. En su primer comunicado, el grupo aseguró que "no hay manera de liberar a la patria de la dominación del Ejército y de la dependencia del extranjero si la revolución no pasa a la fuerza".

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