La Audiencia condena a un hombre a 16 años de cárcel por matar a puñaladas a su tío de 74 años en Miramar

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre a 16 años de cárcel por matar a puñaladas a su tío de 74 años en la localidad valenciana de Miramar en agosto de 2013. Un jurado popular declaró al acusado culpable por unanimidad.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre a 16 años de cárcel por matar a puñaladas a su tío de 74 años en la localidad valenciana de Miramar en agosto de 2013. Un jurado popular declaró al acusado culpable por unanimidad.

Ahora, la Audiencia le ha fijado 16 años de prisión por un delito de asesinato, sin la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal.

Los hechos tuvieron lugar el 26 de agosto de 2013, cuando el condenado, un hombre de 49 años, se presentó sobre las 4.30 horas en la vivienda de la víctima, ubicada en la calle del Bolitx, de Miramar. Una vez allí, entró haciendo uso de la llave que poseía.

El condenado subió a la primera planta y encontró allí, en una de las habitaciones, a su tío, y con la intención de causarle la muerte, comenzó a agredirle con un arma blanca —cuchillo o similar— que portaba.

Inició la agresión de forma sorpresiva y consciente de que su tío no tenía posibilidad alguna de defenderse, dado que ambos estaban solos en la casa y éste no iba a poder pedir ayuda. Dirigió la agresión a todo el cuerpo de la víctima y le causó un total de 22 heridas. La víctima falleció a causa de una hemorragia aguda causada por una perforación cardiaca y aórtica.

El condenado admitió que estuvo en casa de su tío la noche del 25 de agosto, y en la madrugada del día siguiente, según dijo en la vista, hizo una salida nocturna porque "padece de apnea". Afirmó que esa noche hacía calor, estaba inquieto por un desencuentro que había tenido con su tío al hablar sobre dinero y decidió hacer lo único que dijo que le tranquilizaba: coger el coche y conducir un largo rato.

El condenado tenía problemas económicos desde años antes. Reconoció que en 2007 su tío le prestó 12.000 euros, y que posteriormente también pidió 4.000 a su compañero de trabajo. Tras la muerte de su tío, extrajo de su cuenta dinero para saldar las deudas. En concreto, según ha quedado probado, sacó en diversas ocasiones dinero de la cuenta de la víctima tanto antes como después de su fallecimiento.

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