El 6,5% —seis de cada 100— de los hogares españoles en los que viven menores de 16 años no puede permitirse comprar ropa nueva para ellos, según datos de 2014 de la Encuesta de condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística enfocados en la "carencia material". Son 2,7 puntos porcentuales más que en 2009. El INE no da datos absolutos, solo porcentajes, aunque la muestra total de hogares —con niños y no— utilizada para la encuesta es de 13.000.

Esta necesidad básica afecta, sobre todo, a aquellos hogares en los que la persona de referencia tiene entre 16 y 29 años (8,4%), esta persona es extranjera y de fuera de la Unión Europea (18,7%), a los hogares que tienen todos sus activos en paro (23,1%), a los hogares monoparentales (7,3%), al 20% de población con ingresos más bajos (17,4%) y, en cuanto a su localización, a los situados en Ceuta (29,7%), Baleares (12,1%) y Murcia (11%).

El crecimiento de otras necesidades de tipo básico en los hogares, como las relacionadas con la alimentación, ha sido menor. En un 1,2% de hogares con menores no se come fruta fresca y verduras al menos una vez al día, 0,2 puntos más que cinco años atrás, una situación que afecta al 1,1% de hogares con menores en los que la persona de referencia es española. En el 2,5% de los hogares con menores, además, no es posible tomar al menos una comida de carne, pollo pescado cada dos días, 1,8 puntos más que en 2009; el 7,9% de los hogares en los que la persona de referencia es de fuera de la UE se encuentra aquí.

Las mayores necesidades alimentarias en 2014 se encuentran en Canarias: en un 4,5% de hogares con niños no se come fruta y verdura a diario y en un 6,9% no toman carne, pollo o pescado cada dos días. El INE considera que, aunque han crecido respecto a 2009, los porcentajes en España sobre carencias alimentarias "son, en general, bajos". Si bien el INE ha ofrecido en una nota de prensa la comparativa de datos entre 2009 y 2014 respecto a los hogares con menores, no es posible consultar la primera encuesta en su web al no estar esos datos "editados", explican desde el Instituto.

Respecto a otro tipo de necesidades, educativas y de ocio, en algunos casos los porcentajes se multiplican por dos y todas crecen desde 2009.

Si en 2009 el 6,5% de los hogares con menores de 16 años no podía celebrar las ocasiones especiales (como, por ejemplo, los cumpleaños de los niños), en 2014 este porcentaje sube al 10,4%, uno de cada diez. Son el 26,9% de los hogares con menores de la población con ingresos más bajos, el 13,7% en el caso de los hogares monoparentales y el 34,7% —más de uno de cada tres— de aquellos hogares con niños en los que la persona de referencia es extranjera y de fuera de la UE.

En cuanto a actividades de ocio (deporte, tocar un instrumento), el 11,3% de hogares con menores de 16 años no se las pueden permitir (5,5% en 2009). El 4,9% tampoco puede disponer de bicicletas o patines y el 1,9% no puede tener libros adecuados a la edad de los niños. El mayor porcentaje de la tabla es para aquellos hogares con menores cuyos miembros no pueden irse de vacaciones al menos una vez al año (33,5%), uno de cada tres.

Hace una semana, el INE desveló que más de uno de cada tres menores de 16 años (el 35,4%) se pueden considerar pobres (tasa Arope), lo que supone 3,5 puntos más que en 2013 (cuando los niños pobres eran el 31,9% del total).

Los datos difundidos este martes también reflejan las carencias a las que se enfrentan los adultos. Entre ellas, destaca que el 41,3% de los hogares compuestos por personas mayores de 16 años no tiene capacidad económica para sustituir sus muebles estropeados o viejos, frente al 36,8% de 2009, un porcentaje que roza el 70% en el caso de la población con menos recursos. En el caso de los adultos, sí es posible consultar on line los datos del año 2009.

La falta de dinero también hace que el 11,8% de los adultos no pueda permitirse reunirse con amigos o familia para comer o tomar algo al menos una vez al mes, un porcentaje que casi se ha duplicado desde 2009. Y el número de personas que no pueden gastar una pequeña cantidad de dinero en uno mismo alcanza a casi diecisiete de cada cien adultos.