Reciclar es fácil si quieres: cómo crear un rincón para hacerlo en nuestra pequeña cocina

  • Lo habitual es el hueco bajo el fregadero: un cubo con divisiones que permita la separación de los residuos: plástico, vidrio, orgánico y hasta papel.
  • Si no tenemos espacio en el suelo, se puede optar por colocar módulos de pared.
  • Por su capacidad contaminante, pilas y bombillas hay que separarlas del resto.
Hacer un hueco en la cocina para poder reciclar es cuestión de ganas.
Hacer un hueco en la cocina para poder reciclar es cuestión de ganas.
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Hacer un hueco en la cocina para poder reciclar es cuestión de ganas.

El 45% de los españoles que no recicla dice que no lo hace porque le falta espacio en casa. Así lo señala la encuesta de Fotocasa “Hábitos de reciclaje 2015”. Pero no es para tanto. O sea, que para reciclar hay que tener sobretodo voluntad y ganas. No es necesario vivir en una casa muy grande para poder hacerle un hueco al reciclaje; siempre se puede encontrar un rincón que aprovechar… el medioambiente no los agradecerá.

Como cuenta el blog de Fotocasa, una idea habitual es utilizar el hueco bajo el fregadero para colocar el contenedor de basura orgánica. Se puede optar por colocar un cubo con divisiones (o varios cubos de un tamaño más reducido) que permita la separación de los residuos: plástico, vidrio, orgánico y hasta papel. Hay infinidad de cubos extraíbles y/o giratorios con divisiones diseñados exclusivamente para este rincón.

Podemos también aprovechar cualquier esquina o rincón muerto de la cocina para colocar contenedores apilables, modulares o papeleras independientes con divisiones. La ventaja principal de esta opción es que se trata de un punto de reciclaje de fácil acceso, lo que ayuda al vaciado. Si tenemos estanterías abiertas, siempre se puede optar por colocar los cubos o contenedores en la parte baja de estas, así no molestarán al pasar y su presencia será más disimulada.

Si en la cocina de nuestra vivienda no tenemos mucho espacio en el suelo, siempre se puede optar por colocar módulos de pared, que no ocupan mucho y se adaptan mejor al hueco disponible. Si tenemos despensa y un hueco en ella, mejor. De esta forma nuestra zona de reciclaje puede estar oculta a la vista de los invitados y liberamos espacio en el resto de la cocina.

También hay que acordarse de disponer de espacio para reciclar las pilas y bombillas ya que, por su gran potencial contaminante, hay que separarlas del resto de residuos. Para ellas, lo mejor es tener cubos pequeños de reciclaje o, simplemente, tener unas bolsitas correctamente identificadas y almacenadas en cualquier rincón oculto y fuera del alcance de los niños.

Bolsas de plástico o rafia, que se acoplan las unas a las otra, contenedores apilables y modulares, cubos con varias divisiones, papeleras individuales, cubos extraíbles y/o giratorios para armarios y hasta las reutilizadas bolsas de la compra. No hay excusa. En el mercado existen multitud de elementos prácticos. Optemos por la fórmula que optemos, siempre hay que elegir cubos o contenedores con tapa para evitar malos olores.

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