Una fundación que examina las finanzas de más de 100 ONG pide al Gobierno un registro central de cuentas

  • Pide que el Gobierno centralice un registro de cuentas para evitar riesgos con ONG corruptas.
  • La Fundación Lealtad elabora cada dos años un informe sobre la transparencia de estas organizaciones.
  • Afirma que lo importante no son los datos que den sino la voluntad de actuar limpiamente y haciendo públicas las cuentas.

La Fundación Lealtad, una institución sin ánimo de lucro que valora la transparencia y compromiso de numerosas ONG, pedirá al Gobierno que cree un registro central de cuentas de estas organizaciones, al menos de las que están subvencionadas con fondos públicos.

Los presidentes de la Fundación, que este jueves presentaron en Madrid la guía de la transparencia y las buenas prácticas de las ONG, Salvador García-Atance e Ignacio Garralda, explicaron que las organizaciones sin ánimo de lucro están inscritas en distintos ministerios, comunidades autónomas y autoridades locales, lo que implica normas distintas que dificultan el avance del sector hacia la transparencia.

Hay registros en los que la parte financiera no es pública, en otros los registros los tienes que consultar físicamente...

"Hay registros en los que la parte financiera no es pública, en otros los registros los tienes que consultar físicamente...", declaró García-Atance, indicando que la Administración al menos debería centralizar en un registro todas las organizaciones que reciban fondos públicos.

La Fundación Lealtad elabora desde hace seis años la guía de ONG según unos principios de buenas prácticas, que establecen desde la regulación de los órganos de gobierno a transparencia en la financiación, entre otros, con la que pretenden ayudar a empresas o particulares a elegir con qué ONG quieren colaborar.

En esta ocasión han participado 117 organizaciones, de las cuales 71 son de acción social, 42 de cooperación al desarrollo y 4 medioambientales, que han facilitado sus datos a la Fundación Lealtad.

La Fundación Lealtad no pretende ser una auditoría ni una certificadora, ya que elabora la guía cada dos años con los datos que le facilitan las ONG, si bien les exige estar auditadas.

Los responsables de la institución dicen que lo importante no es si una ONG cumple con todos los principios o no, sino su voluntad de hacer públicas sus actividades y mejorar los incumplimientos en la medida de lo posible.

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