Pilar García,  de 51 años, tiene fibromialgia, por lo que solicitó la incapacidad laboral. «Soy limpiadora y tengo que manejar una fregona que pesa cinco kilos, algo que para mí se hace del todo imposible», explica. Hace unos días le llegó una carta de la Seguridad Social negándole la incapacidad solicitada. En el apartado dedicado a explicaciones médicas, la Administración considera poco probable que esta mujer sufra algún tipo de depresión que le impida trabajar ya que presenta un aspecto muy cuidado. «Va bien vestida, maquillada y el pelo lo tiene teñido de peluquería», son alguna de las cosas que dice el escrito.