Demuestra el papel modulador de la deposición de nitrógeno en las respuestas de los suelos al cambio climático

Investigadores de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, en colaboración con investigadores de la Universidad de Coimbra, en Portugal; el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC); y el Cary Institute of Ecosystem Studies de Nueva York han publicado un artículo en 'Global Change Biology' en el que se destaca el papel modulador de la deposición de nitrógeno sobre las respuestas de los suelos de bosques templados al cambio climático.

Investigadores de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, en colaboración con investigadores de la Universidad de Coimbra, en Portugal; el Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC); y el Cary Institute of Ecosystem Studies de Nueva York han publicado un artículo en 'Global Change Biology' en el que se destaca el papel modulador de la deposición de nitrógeno sobre las respuestas de los suelos de bosques templados al cambio climático.

Una de las consecuencias del cambio climático es la intensificación del ciclo hidrológico, es decir, más sequías y tormentas más intensas y frecuentes, lo que provoca un aumento en la frecuencia de los ciclos de secado y rehumedecido del suelo, ha precisado la Olavide en una nota.

Siendo la humedad uno de los principales factores que controlan los procesos biogeoquímicos del suelo, estos cambios pueden afectar de manera importante a los ciclos del carbono y del nitrógeno, los microorganismos del suelo y la emisión de gases de efecto invernadero como dióxido de carbono (CO2), óxido nitroso (N2O) y metano (CH4).

Otro de los factores del cambio global que afecta al planeta es la alta deposición atmosférica de nitrógeno proveniente del uso de combustibles fósiles y la agricultura. Un exceso de deposición de nitrógeno puede afectar gravemente a los ecosistemas provocando desbalances de nutrientes, acidificación del agua y del suelo, eutrofización y/o mayores emisiones de N2O.

A pesar de su importancia como parte del cambio global, la interacción entre la deposición atmosférica de nitrógeno y los cambios en el patrón de precipitaciones no ha sido suficientemente estudiada, por lo que hay una gran incertidumbre sobre cómo el aumento de nitrógeno afectará a la capacidad del suelo de resistir al cambio climático.

Para responder a esta cuestión, los investigadores sometieron tanto suelos tratados con nitrógeno durante 15 años como suelos no tratados a diferentes frecuencias de ciclos de secado y rehumedecido, midiendo un amplio conjunto de variables que caracterizan el estado nutricional del suelo y su comunidad microbiana.

Los resultados señalan el importante papel de la deposición de nitrógeno como modulador de las respuestas de los suelos de bosques templados al cambio climático. De esta forma, la deposición de nitrógeno tendría la capacidad de atenuar los impactos producidos por el esperado aumento de los ciclos de secado y rehumedecido sobre importantes procesos del suelo, sugiriendo una clara interacción entre estos dos componentes del cambio global.

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