La Conferencia Episcopal Española (CEE) ha propuesto acudir a la Eucaristía para "contemplar, celebrar y adorar a Jesucristo" como el "medio más eficaz" y para luchar contra lo que el Papa Francisco califica como la "globalización de la indiferencia" que, a su juicio, se traduce en "olvido de Dios y de los hermanos" con "hondas consecuencias" en la convivencia social.

En un mensaje dirigido a la Iglesia española con motivo de la próxima festividad del 'Corpus Chisti', el 7 de junio, los obispos han incidido en el "poder" del sacramento para "trasformar el corazón" y como "antídoto" para "liberarlo de los egoísmos y de la búsqueda de los propios intereses".

"Al entrar en comunión con los sentimientos de Cristo, muerto y resucitado por nuestra salvación, se nos abre la mente y se ensancha el corazón para que quepan en él todos los hermanos, especialmente los necesitados y marginados", subraya el texto.

En este sentido, la CEE ha llamado a mostrar "especial cercanía y afecto" hacia siete colectivos, entre los que se encuentran los "miles de cristianos" que sufren "una muerte violenta por el simple hecho de mostrar el amor de Dios a sus hermanos"; a las personas que trabajan para "atender a las necesidades más inmediatas de los empobrecidos" y a quienes no pueden acceder a un trabajo o "tienen puestos de trabajo que no les permiten vivir con dignidad".

"Pensamos de manera especial en los jóvenes, en los parados de larga duración, en los mayores de 50 años a los que se les cierra el acceso a un puesto de trabajo y en las mujeres víctimas de discriminación laboral y salarial", subraya el mensaje.

Junto con estos, señala también a quienes carecen de vivienda o han sido desahuciados, "sufren la pobreza y el hambre", a los refugiados e inmigrantes que huyen de las guerras y la pobreza y a las víctimas de trata y prostitución, a quienes califican como "la nueva esclavitud del siglo XXI".

Frente a estas situaciones, los obispos han hecho hincapié en el deber de "dejarse afectar por la realidad" y "entregarse a los demás" a ejemplo de Jesús en la Eucaristía.

"Es urgente romper el círculo que nos aísla llevándonos a un individualismo que hace difícil el desarrollo del amor y la misericordia en nuestro corazón —subrayan— Como nos recuerda Jesucristo, la salvación y la realización personal y comunitaria pasan por el riesgo de la entrega: El que quiera ganar su vida la perderá y el que esté dispuesto a perderla la ganará"