Entrenan cinco días a la semana durante una hora y 15 minutos. Comen cada tres horas, eso sí, una dieta totalmente libre de grasas. «Esto requiere una disciplina muy fuerte y una vida organizada. Somos atletas, no nos gusta lucirnos, eso es sólo para la competición... en el escenario», asegura Fernando.

Pendientes del espejo

Dicen que la sociedad es muy crítica y tiene una visión distorsionada de su deporte, «buscamos el músculo, pero definido, con simetría y proporción, sin perder la feminidad. De hecho, en los campeonatos se posa con mucho glamour y lentejuelas», sonríe Lorena.

El espejo es su herramienta de trabajo, «no porque seamos presumidos, al contrario, muchas veces nos da vergüenza estar en la playa o la piscina porque te sientes observado», reconocen. «Somos muy críticos y nos miramos para corregir posturas de cara a los posados ante los jueces, es más, sólo nos vemos fallos».

En tres meses, Lorena se presentará a los campeonatos de España y Fernando ha comenzado a entrenar para 2008, ya que quiere revalidar su título. Es su meta, «y si el precio que tenemos que pagar es no salir a tomar copas los sábados, estamos encantados», confiesan.

El culturismo no tiene edad

No se es joven o viejo. Hay chavales que empiezan a los 14 años y «tenemos gente con 74 que viene al gimnasio todos los días». Eso sí, hay que ser constante, «no vale apuntarse en mayo para ir a la piscina y abandonarse cuando llega septiembre hasta el verano siguiente». La pareja de deportistas se siente muy orgullosa de haber conseguido que gente muy joven se interese por el deporte y prefieran no salir un viernes para estar en forma y entrenar el sábado.