Un jurado popular ha declarado este viernes por unanimidad culpable de un delito de asesinato a un hombre acusado de acabar con la vida de su pareja, a la que asestó 15 puñaladas con un punzón tras una discusión ocurrida en el domicilio que compartían de forma esporádica en la localidad malagueña de Torremolinos, según han informado fuentes judiciales.

El juicio se ha celebrado esta semana en la Audiencia de Málaga. Las acusaciones —fiscal y los tres representantes de los familiares de la víctima— acusaban al hombre por un delito de asesinato, aunque el ministerio público solicitaba 22 años de prisión, petición que ha mantenido tras el veredicto; y el resto, una pena de 25 años de cárcel.

Los hechos sucedieron en noviembre de 2013. Según la acusación pública, el procesado y la víctima comenzaron en julio de ese año una relación intermitente, conviviendo de forma esporádica en el apartamento alquilado por él en dicha localidad, en el que ocurrieron los hechos, que se iniciaron cuando ambos mantuvieron una discusión en la cocina.

Así, las acusaciones sostenían que "de forma sorpresiva y sin posibilidad de defensa" por parte de ella, el hombre le asestó primero una puñalada con un punzón y, luego, otras 14 más en la zona del cuello, cara y la espalda, La mujer falleció poco después a raíz de las heridas, siendo mortales de necesidad la primera y la 12, que se realizó sobre la línea media cervical posterior.

Horas más tarde de estos hechos, el acusado se fue a la Comisaría de la Policía Nacional y les dijo a los agentes: "buenas noches, vengo a entregarme porque he matado a mi mujer". Ante el jurado popular, el hombre admitió que se lo clavó una vez en el cuello y dijo no recordar más, pero aseguró que "en ningún momento" deseó matarla y que la quería; es más, que "estaba loco por ella".

El acusado, que tenía antecedentes por malos tratos a otra pareja y fue detenido, aunque el caso se archivó, por intentar matar a su madre, incidió en su declaración en que la mujer lo veía como un amigo, mientras que él la consideraba su pareja, asegurando que fue durante muchos años adicto a las drogas y al alcohol, algo que ella también consumía y ambos tomaron la noche de los hechos.

Señaló que tenía "unos celos razonables y que el día de los hechos consumieron alcohol y hachís, discutiendo porque le dijo que "había estado con un hombre" y que había venido para pedirle dinero y se volvía a marchar con el otro. Entonces, según dijo, ella se fue a la cocina y esparció la basura por el suelo "como un acto de humillación, de vejación hacia mi persona".

En ese momento, "exploté", relató el acusado en el juicio, por lo que cogió un punzón de una caja de costura, "me fui para ella, que debió verlo, porque me miró y sonrió como dándome a entender que sabía que estaba loco por ella. Se lo clavé en el cuello y ella debió intentar defenderse", ha aseverado, asegurando que no recuerda las otras 14 puñaladas.