El primer debate entre los seis principales alcaldables de Santiago de Compostela se ha desarrollado en un tono distendido, aunque los cambios de regidor que ha vivido el Ayuntamiento en los últimos cuatro años y la estabilidad del futuro gobierno si se produce una fragmentación de la corporación se han colado en los discursos finales. Moderado por Xosé Ramón Pousa, ha estado organizado por el Club Financiero de Santiago.

Así, el candidato del PP, Agustín Hernández, que ha manifestado que "no" concibe la política "como una guerra", ha contrapuesto su "proyecto real y coherente" con la "incerteza de cómo funcionaría un desgobierno de seis fuerzas políticas". "Y por supuesto: ¿Quién sería el alcalde y a cambio de qué?", se ha preguntado en su turno de cierre, que también lo ha sido del debate.

Agustín Hernández se ha comprometido, en su alegato final, a "seguir trabajando" para que el Ayuntamiento sea "motor" económico y por una administración "al servicio de las personas, solidaria, transparente y participativa", al tiempo que "dialogue" con el "Estado, la Xunta, la Iglesia, el tejido asociativo y el empresarial".

Previamente, los candidatos de PSdeG (Francisco Reyes), BNG (Rubén Cela) y Compostela Aberta (Martiño Noriega) no olvidaron la situación vivida en el ayuntamiento, con tres alcaldes en este mandato (por las dimisiones de Gerardo Conde Roa, condenado por delito fiscal; y Ángel Currás, que está imputado en la Operación Pokémon). Al respecto, hablaron de la necesidad de "recuperar" la imagen perdida del Ayuntamiento.

En su conclusión final, el candidato del PSdeG, Francisco Reyes, ha subrayado que los intereses de Santiago "no se pueden defender ni desde la sumisión (que atribuye al PP), ni desde la desobediencia", y ha reivindicado la "herencia" de los 25 años anteriores socialistas para reivindicar el proyecto que encabeza. "Tenemos proyecto y equipo", ha proclamado.

Rubén Cela, candidato del BNG-Asambleas Abertas, ha subrayado que "el gobierno que remata es el peor" que tuvo Santiago y ha asegurado que "nunca antes se hizo tanto daño a la imagen, credibilidad y funcionamiento" de la institución. "Cuatro años perdidos" de los que, espera, pueda "entrar de lleno la primavera" con un cambio de gobierno.

El candidato de Compostela Aberta, Martiño Noriega, apeló al "deterioro de la imagen y de la ciudad" en los últimos años, y afirmó que esta plataforma quiere "recuperar el modelo de finales de los 80, que restaure confianza, que impulse el reequilibrio y desprivatice partidariamente" las instituciones, dejando de "diferenciar entre los míos y los otros".

Por su parte, el candidato de Compromiso por Galicia, Xosé Antón López, defendió que su organización quiere un "Santiago alegre, dinámico, que vuelva a sentirse orgullo de sí mismo"; y una ciudad en que los vecinos puedan fiscalizar el poder.

Javier Sánchez-Agustino, que encabeza la lista de Ciudadanos y que fue concejal del PP —aunque en la oposición—, acusó a los demás de tener "pecado original" en la situación en la que está el Ayuntamiento en la actualidad y defendió un "mandato para la transparencia y buenas prácticas".

Pese a las diferentes formas de defenderlos, todos los candidatos repitieron frases como "priorizar las personas", aumentar el gasto social, potenciar la creación de empresas, revisar la fiscalidad e impulsar la relación con la universidad. Hubo coincidencias como la estación intermodal para Santiago, sobre lo que los partidos en la oposición o que no están en el ayuntamiento criticaron que el PP "paralizase", mientras que Hernández dio el proyecto por vivo y dijo que era "asumible" y "digno" de la capital gallega.

REFERENCIAS

Apenas hubo referencias propias de un cara a cara entre candidatos, pero Agustín Hernández, quien en materia de política social acusó a la "izquierda" de "postureo", denunció que "reclame con más intensidad" infraestructuras como la intermodal el miembro de un partido, en referencia a Sánchez Agustino, que dijo que "el AVE a Galicia había que pararlo".

Pero el candidato de Ciudadanos, también tuvo palabras para el regidor, al que acusó de haber hecho una "broma de pésimo gusto" cuando defendió mejorar la conexión terrestre con el aeropuerto de A Coruña.

"El problema no es el postureo de la izquierda", replicó Rubén Cela al regidor, para advertir, a renglón seguido, de que fueron "cuatro años en blanco" en todas las promesas, entre las que citó la estación intermodal, la nueva escuela de idiomas, la ampliación del conservatorio o el mantenimiento de los centros escolares.

El actual regidor compostelano también dedicó tiempo a Martiño Noriega para ironizar con la "transparencia" que defiende en los ayuntamientos, mientras que en la web del de Teo (de donde es alcalde) "tiene colgado el presupuesto de 2008". "Un ejemplo de falta de transparencia", le ha recriminado.

Por su parte, el candidato de Compostela Aberta le reprochó la "falta de autocrítica" y le recordó que "cerraba como número 25" la lista que encabezó Gerardo Conde Roa en las elecciones de 2011.

"Entendemos que Santiago lo que necesita es un alcalde y un gobierno que defienda los intereses de la ciudad, no de Feijóo", advirtió, por su parte Francisco Reyes, quien denunció que la falta de "transparencia" fue "terrible" en los últimos cuatro años.