El presidente afgano, Hamid Karzai, ha salido ileso este domingo de un ataque con dos obuses que impactaron en un área cercana a donde se encontraba.

El ataque se incluye en la espiral de violencia que ha asolado al país asiático en las últimas 24 horas y que ha dejado un saldo de al menos 60 personas muertas, la mayoría de ellas talibanes.

Karzai celebraba un acto público ante unos mil espectadores en la provincia de Ghazni, en el centro de Afganistán, cuando dos obuses impactaron en una zona abierta cercana al palacio donde estaba, aunque el gobernador de Ghazni, Mehrajudin Patan, aseguró que al menos 12 obuses cayeron en la zona.

Pasado el susto inicial, el presidente afgano pudo continuar su discurso sin más interrupciones.

"Operación Aquiles"

Pero este incidente solamente ha sido la continuación de una jornada especialmente sangrienta en Afganistán iniciada el sábado pasado cobrándose la vida de al menos 57 talibanes, dos policías afganos y un soldado británico.

Casi una treintena de talibanes murieron el sábado en una ofensiva conjunta del Ejército afgano y de las fuerzas de la OTAN, enmarcada en la llamada "Operación Aquiles", en la que participan unos 5.500 militares con el objetivo de expulsar a los talibanes del lugar.

Emboscada

También en el sur, en el conflictivo distrito de Sangin situado en el norte de la provincia meridional de Helmand, un soldado británico de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) murió en una emboscada de los insurgentes cuando viajaba en un vehículo militar, según el Ministerio de Defensa del Reino Unido.

En el sur del país, la zona de influencia más importante de los talibanes donde predomina la etnia pashtun, los combates con el Ejército afgano y las tropas occidentales son constantes y en lo que va de año han muerto más de 1.700 personas a causa de la violencia en Afganistán.