"No atendemos despedidas". Esto es lo que se puede leer en  dos carteles situados en el clásico bar Los Diamantes de la calle Navas. "Los colgamos hace 15 días y hemos hecho  uno en grande para ponerlo próximamente", anuncia Rafael Mejías, encargado del establecimiento.

"Esto es un bar y no un circo", apostilla. Grupos de jóvenes disfrazados con megáfonos o trompetas y muchas veces en estado ebrio llenan los fines de semana las calles de la ciudad.

"No podemos permitirnos que en nuestro local haya una persona en ropa interior luciendo adornos poco adecuados cuando al lado hay una familia cenando", explica Mejías. "Además, suelen dar problemas: se marchan sin pagar, no respetan... Y los vecinos ya se han quejado", añade.

Los responsables del hotel Granada Old Town Hostel, también lo tiene claro. "Hace un año y medio vino un grupo de Logroño y nos destrozaron el establecimiento".

Colchones en los balcones, armarios rotos, vómitos... Es lo que encontraron los dueños de este pequeño negocio al día siguiente. "Traían bidones de vino de 25 litros y aunque les pedimos que fueran responsables, lo rompieron todo", aseguran.

Después de aquello, en este hotel de 24 plazas no quieren ni oír hablar de despedidas de solteros. "Sobre todo porque vivimos mucho del visitante coreano e inglés, que viene buscando tranquilidad", explican.

Y es que, el turismo de despedida de solteros "está dañando a Granada como destino", denuncia Antonio García, secretario general de la Federación de Hostelería. "Es verdad que gastan su dinero en la ciudad, pero ¿qué precio estamos pagando por ello?", se pregunta el representante.

"La gente va a dejar de ir a lugares tan singulares como calle Navas o Plaza Nueva porque no están a gusto", anuncia. Para García la solución está en que este tipo de concentraciones se hagan "en recintos privados alejados del centro de la ciudad".

El hostelero recuerda "a Calvia (Mallorca), donde la situación es muy complicada".

En los Apartamentos Centro no admiten despedidas de soltero, según informa en su página web. "Básicamente por el lío que montan", explica su comercial.

"Para nosotros no es agradable decir: vete a casa, cuando un cliente está montando jaleo", comenta. Así que para evitar "malos ratos" este establecimiento opta por "una clientela familiar, mucho más tranquila, que busca otro tipo de ocio más acorde con lo que nosotros ofrecemos".