Racismo y desigualdad en Estados Unidos: un problema que se le atraganta a Obama

  • Los disturbios en Baltimore por la muerte de un joven negro han sido el enésimo episodio de estas características en poco tiempo.
  • Diferentes expertos creen que el presidente de EE UU debe abordar el racismo y la desigualdad.
  • También coinciden en que no tomará decisiones importantes.
  • El discurso de Obama ha pasado de cuestionar actuaciones policiales a desautorizar las protestas callejeras.
Las protestas en Baltimore han tenido lugar en muchos de los barrios más pobres de la ciudad.
Las protestas en Baltimore han tenido lugar en muchos de los barrios más pobres de la ciudad.
GTRES
Las protestas en Baltimore han tenido lugar en muchos de los barrios más pobres de la ciudad.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, debe pasar de las palabras a la acción para abordar el racismo y la desigualdad, que han vuelto a las portadas esta semana a raíz de los disturbios en Baltimore por la muerte de un joven negro bajo custodia policial, según diferentes expertos.

Al igual que el año pasado, tras la indignación y las protestas por la muerte de dos hombres negros desarmados a manos de policías en Ferguson (Misuri) y Nueva York, Obama y su Gobierno han vuelto a pronunciarse ahora sobre lo ocurrido en Baltimore, donde falleció Freddie Gray.

Pero, como sucedió entonces, el presidente "va a mantenerse alejado de ser más agresivo" contra el racismo subyacente en todos esos casos y "continuará con la retórica" de que Estados Unidos ha hecho en las últimas décadas "enormes progresos" en este ámbito, dijo esta semana el profesor Tony Brown, de la Universidad Vanderbilt (Tennessee).

En la misma línea, Vernellia Randall, profesora de la Universidad de Dayton (Ohio), destacó que Obama "tiene la autoridad para hacer algo", pero hasta el momento no ha querido abordar "de manera directa", con políticas concretas, el asunto del racismo.

Una de las razones de su tendencia a distanciarse del problema es que Obama "no quiere ser el presidente de las minorías, sino el presidente de todo Estados Unidos", argumentó Brown. Asimismo, los dos analistas coinciden en que Obama ha querido presentar a Estados Unidos como una nación "sin prejuicios raciales", en parte por su historia personal de superación.

De hecho, el que Obama se convirtiera en 2009 en el primer presidente negro en la historia de Estados Unidos fue interpretado por muchos como una señal de superación de la discriminación hacia los afroamericanos.

Cambio de discurso

Ha sido en su segundo mandato cuando le ha tocado afrontar el tema del racismo y en julio de 2013, tras la absolución de George Zimmerman, un exvigilante blanco, por la muerte del joven negro Trayvon Martin en Florida, ofreció un discurso muy personal y sincero desde la Casa Blanca.

"Cuando Trayvon Martin murió dije que podría haber sido mi hijo. Otra forma de decirlo es que Trayvon Martin podría haber sido yo hace 35 años", afirmó entonces Obama.

Tras lo ocurrido en Baltimore, las declaraciones del mandatario han estado más dirigidas a condenar los disturbios que vivió la ciudad el lunes y a cuestionar la "violencia sin sentido" de "un puñado de criminales y matones", un calificativo cuyo uso le ha costado algunas críticas.

De acuerdo con Brown, tanto Obama como su Gobierno "están malinterpretando parte de lo que está sucediendo" en Baltimore y otros muchos lugares del país. Los que causaron destrozos e hirieron a policías el lunes en Baltimore fueron en su mayoría adolescentes y jóvenes negros. "Sí, violaron la ley, deberían ser castigados, pero hay una razón por la que están en las calles, se sienten desconectados y que no tienen nada que perder si son destructivos", opinó Brown.

Obama defendió en diciembre que ha sido "bastante explícito" sobre su preocupación por la desigualdad y puso como ejemplo su iniciativa "El guardián de mi hermano" (My brother's keeper), que persigue mejorar el acceso a la educación de los jóvenes latinos y negros, más proclives al fracaso escolar y a la marginación.

Además, en 2014 anunció una serie de medidas para combatir la "creciente desconfianza" entre los departamentos de policía locales y las comunidades de minorías como la hispana y la afroamericana, algo que consideró "un problema nacional".

No obstante, como explica Randall, en la mayoría de los casos sobre presuntos abusos policiales que han llegado al Tribunal Supremo el Gobierno de Obama se ha puesto del lado de los agentes y la política predominante en el Departamento de Justicia ha sido abrir investigaciones y cerrarlas "sin un procesamiento".

El gesto que esperan algunos sectores de que Obama visite Baltimore no parece probable, como tampoco acudió a Ferguson tras las protestas por la decisión de un jurado de no imputar al policía que mató al joven Michael Brown.

Mientras, el profesor Tony Brown apunta que la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, que acaba de iniciar su campaña para ser la candidata demócrata a la Casa Blanca en 2016, ya está hablando "muy enérgicamente" sobre lo ocurrido en Baltimore y contra "el encarcelamiento masivo", probablemente "porque quiere ser elegida".

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