Monedero: de polémico 'cerebro' de Podemos a líder incómodo para el futuro del partido

  • Era el de verbo más militante dentro de los líderes de la formación, pero estaba tocado por una serie de escándalos, entre ellos su relación con el fisco.
  • No tenía el carisma de Pablo Iglesias o Errejón, y poco a poco, con el paso de los meses, su papel mediático dentro de Podemos se había desdibujado.
  • Juan Carlos Monedero dimite de todos sus cargos en Podemos.
El número tres de Podemos, Juan Carlos Monedero (c), acompañado del secretario general del partido, Pablo Iglesias (D), y el secretario de Comunicación y Estrategia Política, Íñigo Errejón (i) a su llegada la rueda de prensa que ha ofrecido en Madrid.
El número tres de Podemos, Juan Carlos Monedero (c), acompañado del secretario general del partido, Pablo Iglesias (D), y el secretario de Comunicación y Estrategia Política, Íñigo Errejón (i) a su llegada la rueda de prensa que ha ofrecido en Madrid.
EFE/Emilio Naranjo
El número tres de Podemos, Juan Carlos Monedero (c), acompañado del secretario general del partido, Pablo Iglesias (D), y el secretario de Comunicación y Estrategia Política, Íñigo Errejón (i) a su llegada la rueda de prensa que ha ofrecido en Madrid.

Sus rimbombantes soflamas en Vista Alegre, en octubre pasado, en las jornadas inaugurales de Podemos como partido político, no dejaron a nadie indiferente, aunque tampoco acabaron de entusiasmar del todo. Frente al protagonismo carismático de Pablo Iglesias, que no necesitaba decir nada para recibir aplausos, Juan Carlos Monedero, hasta este jueves número 3 de la formación, era la eminencia gris, la baza intelectual de Podemos: el sabio en la sombra.

Sus arengas asamblearias estaban lejos de los discursos mediáticamente intachables de otros líderes del nuevo partido que venía dispuesto a acabar con la "casta" y a "restaurar el honor de los ciudadanos". Pero la propia evolución interna de Podemos, de formación con tics antisistema a partido deseoso de pugnar por la centralidad del tablero político (ese que en España otorga la mayoría) ha ido poco a poco marchitando el papel de Monedero en Podemos.

Una falta de sintonía con el giro centrista de la formación de Iglesias que se agravó con el escándalo suscitado por las irregularidades cometidas por Monedero en su declaración de la renta. Monedero, obligado por las circunstancias y la presión interna de militantes y líderes de Podemos, tuvo que presentar una declaración complementaria para regularizar su situación con el fisco.

Una serie de trabajos encargados por varios gobiernos latinoamericanos (entre ellos Venezuela y Bolivia, próximos al ideario de Podemos) y no declarados en su momento fueron el detonante de esta polémica. Un escenario amargo, lleno de malentendidos y de reproches hacia el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que deterioró la imagen de servidor público intachable y moralista. En mitad de la tormenta, Monedero llegó hacer públicas sus cuentas corrientes, aunque no los contratos fruto de la polémica, y se disculpó –sin abandonar nunca el tono de cruzado– ante sus seguidores. Pero ni eso fue suficiente.

El episodio fiscal sentenció a Monedero. Un partido que había nutrido su crecimiento en las encuestas gracias, en parte, a asegurar que "no eran como el resto de políticos", no podía cobijar en su seno a un izquierdista profesor de Políticas, de verbo fluido y combativo, con 700.000 euros en la cuenta corriente y una relación turbia con Hacienda. Un hombre, además, dado al exabrupto y las declaraciones singulares, como cuando aseguró que la Policía distribuía heroína para controlar a la juventud conflictiva en el País Vasco.

La precampaña de las elecciones andaluzas, en las que Podemos logró al final 15 diputados, visibilizó este sutil pero imparable arrinconamiento. Un Monedero ausente, frente a los omnipresentes Iglesias e Íñigo Errejón, daba a entender que la efímera función del que todavía era coordinador de los programas electorales estaba tocando a su fin. La irrupción a nivel nacional de Ciudadanos y el estancamiento en las encuestas de Podemos han hecho el resto. Monedero se va ahora, como otros intelectuales que decidieron adentrarse en Siracusa, "totalmente engañado y traicionado".

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